El Ministerio de Salud de la Nación confirmó 10 muertes (6 hombres y 4 mujeres) por coronavirus en la Ciudad de Buenos Aires en 24 horas por lo que el territorio contabiliza 5.385 fallecidos desde el inicio de la pandemia. Además, se detectaron 549 nuevos casos de COVID-19 y el total de infectados ascendió a 152.086.
Con la reapertura de bares y la entrada a la fase de distanciamiento social, volverán los controles de alcoholemia y estupefacientes en distintos puntos de la Ciudad, con protocolos especiales. "Volvemos a hacer controles de alcoholemia en la Ciudad, con todos los cuidados para que no haya riesgo de contagio. Como ya podemos circular libremente, sin restricciones, consideramos que es el momento para que vuelvan, garantizar la seguridad de todos los que circulan, y que nadie tenga que sufrir consecuencias porque otra persona comete la imprudencia de manejar alcoholizada", aseguró en un comunicado Felipe Miguel, jefe de Gabinete porteño.
Las autoridades precisaron que más del 20% de los siniestros fatales registrados en la Ciudad de Buenos Aires están relacionados con el consumo de alcohol debido a que la ingesta de estas sustancias afectan la capacidad para conducir. "Sabemos que alrededor del 21% de los siniestros fatales registrados en la Ciudad de Buenos Aires están relacionados con el consumo de alcohol, por eso es nuestra prioridad estar presente en las calles para garantizar la seguridad vial de todos los actores del tránsito", afirmó Juan José Méndez, secretario de Transporte y Obras Públicas porteño.
A partir de la pandemia, la Secretaría de Transporte y Obras Públicas junto al Ministerio de Salud de la Ciudad elaboraron un protocolo especial para prevenir contagios de conductores y agentes de tránsito en los controles de alcoholemia. Se estableció que "los agentes de tránsito a cargo del operativo mantendrán la distancia social en todo momento, harán uso permanente de barbijo triple capa, guantes de examinación, máscara acrílica y dispondrán de alcohol en gel para desinfectarse las manos".
También se precisó que el agente responsable de manipular el alcoholímetro realizará el recambio de guantes entre control y control, y tendrá un soporte alargador para mantener la distancia. "En caso que se obtenga un resultado por encima de los dosajes máximos permitidos, además del procedimiento habitual, se solicitará al presunto contraventor que aguarde dentro del vehículo, con el cubreboca colocado, evitando lo más posible la cercanía con el personal del operativo, y se dará aviso de cuándo debe abandonar el vehículo", explicaron desde el Gobierno porteño.