¿Qué anticipa para la Argentina la gripe que provoca records de hospitalizaciones en Europa?

Podría ingresar con turistas que viajen al hemisferio Norte. La variante del virus que la provoca elude con mayor facilidad nuestras defensas inmunológicas, pero ya fue aislada y podría incorporarse a la vacuna 

10 de diciembre, 2025 | 23.39

Hospitales desbordados, aumento de internaciones, el sistema sanitario en pie de alerta, clases suspendidas, obligación de uso de barbijo… Todas instantáneas que nos retrotraen a nuestra pesadilla más reciente. Pero esta vez no se trata de Covid, sino de una antigua conocida, la gripe, cuyo agente causal, el virus de la influenza, sufrió una mutación que elude nuestras defensas y por estos días está causando alarma en países del hemisferio Norte. 

La información que llega a través de las redes sociales adquiere tintes inquietantes. Indica que en el Reino Unido se están registrando 1.717 hospitalizaciones diarias. Los centros de salud enfrentan ingresos récord, se suspenden las clases y el sistema sanitario colapsa. También en los Estados Unidos el brote está en ascenso.

Según el diario El País, de España, el virus llegó antes de lo habitual y alcanzó en ese país una tasa de diagnósticos en consulta (no siempre confirmados por el laboratorio) de 40,1 casos por cada 100.000 habitantes, con lo que ya atravesó el umbral establecido para declarar la fase epidémica, y se prevé que seguirá creciendo. El Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC, según sus siglas en ingés) instó a los países del bloque a acelerar las campañas de vacunación y preparar sus sistemas sanitarios para un posible aumento de hospitalizaciones. Otros países, como Alemania, Francia e Italia también están viendo brotes de gripe A (H3N2).

El “villano” que echa leña al fuego informativo y sanitario no es nuevo ni desconocido para los infectólogos. Su nombre: A (H3N2). Se detectó por primera vez en humanos en 1968, cuando causó la "Gripe de Hong Kong", una de las pandemias de influenza más importantes del siglo XX. En esa ocasión infectó a más de 30 millones de personas y causó cerca de un millón de muertes en el mundo. 

Ahora, sorprendió llegando  con una antelación de entre tres y cuatro semanas y se presentó con un ropaje levemente diferente. Pertenece a la rama (o “subclado”) K de su familia, que no circuló en inviernos anteriores. Este cambio genético le permite eludir mejor nuestras defensas inmunitarias. Provoca síntomas similares a los de la gripe estacional, pero al parecer de aparición súbita: fiebre, dolor muscular y de garganta, malestar general intenso, tos seca, fatiga, vómitos y/o diarrea. 

El virus de la influenza se clasifica en cuatro tipos: A, B, C y D (los de tipo A y B son los que causan las epidemias estacionales de gripe en humanos; el A es el único responsable de pandemias). Tiene el aspecto de una partícula esférica y una envoltura “decorada” con dos proteínas fundamentales: la Hemaglutinina (H, que viene en 18 subtipos) y la Neuraminidasa (N, que tiene 11 subtipos conocidos). La primera se encarga de fijar el virus a las células y la segunda les permite a los nuevos virus producidos dentro de estas separarse y dispersarse. Los cambios en su combinación son la clave de las variantes y la razón por la que todos los años necesitamos una nueva vacuna contra la enfermedad

“El patógeno que está circulando ahora en el hemisferio Norte tiene la misma estructura externa que el de 1968 (H3N2), pero no es estrictamente el mismo –explica el virólogo Mario Lozano, investigador principal del Conicet y ex rector de la Universidad de Quilmes–. Dos virus diferentes pueden tener el mismo ‘maquillaje’, pero distinto comportamiento en términos de patogenicidad, de letalidad, de capacidad de transmitirse. Por ejemplo, el virus H1N1, responsable de la pandemia de 2009, era igual en su estructura externa que el de la de 1918. Y sin embargo, tenían una tasa de letalidad completamente distinta. El de principios del siglo XX fue muy contagioso y muy letal por las condiciones sanitarias de la época, que eran mucho peores que las de 2009, pero además el microorganismo era distinto. Este es una variante nueva de H3N2 (el subclado K) a lo que se suma que la vacuna que se estaba usando no lo contenía. O sea, que este pico epidémico tiene que ver con que no hay tanta resistencia en la gente que está vacunada y eso está aumentando muchísimo la tasa de hospitalización”. 

Lo que todavía no queda claro es su índice de letalidad (la proporción de muertes entre todas las personas infectadas): “Parece un poco mayor que la del estacional, pero no mucho –comenta el investigador–. No se está recomendando confinamiento, que es uno de los temores que circulan, pero sí utilizar algunos elementos que conocimos en la pandemia; por ejemplo, barbijo en lugares donde hay mucha circulación de gente, como el transporte público, las aulas y las oficinas, y por supuesto, buena ventilación”.

Lozano tranquiliza al aclarar que, al haber aparecido el virus en el invierno europeo, en esta parte del planeta tendremos la posibilidad de incorporar esta variante en la vacuna de la próxima temporada para estar más protegidos. 

También está la posibilidad de que los turistas que viajen a esa parte del mapa adquieran este virus y empiece a circular en el país. “Estas enfermedades tienen más riesgo de transmisión durante el invierno, porque vivimos más tiempo en espacios cerrados y le damos más chance al virus de transmitirse, pero eso no quiere decir que no suceda en verano o en primavera, hay casos de gripe durante todo el año –aclara–. De modo que es probable que ingrese a la Argentina con los viajeros que vuelvan de Europa o de Estados Unidos, y empiece a generar cadenas de transmisión locales en las cercanías de esas personas. Puede producir alguna pequeña epidemia previa al próximo invierno, pero el problema de aumento significativo de casos, de hospitalizaciones, seguramente lo tendremos hacia fines del verano o comienzos del otoño”.

Con respecto a su virulencia, afirma que “no está claro que sea más agresivo que otras variantes; el problema es que si aumentan las hospitalizaciones, va a generar, con la misma tasa de letalidad, mayor cantidad de muertes. No porque esta cepa sea especialmente letal, sino porque habrá más personas afectadas”.

El ECDC advirtió que “aunque el riesgo individual de padecer un cuadro grave sea similar al de años anteriores, una epidemia más grande, impulsada por una menor inmunidad frente a la infección, puede causar mayor número de hospitalizaciones”. 

De acuerdo con The Conversation, “En una temporada típica, la gripe causa hasta 50 millones de casos sintomáticos y varios miles de muertes. Se estima que hasta el 20% de la población la contrae cada año".

La OPS lanzó este mes una alerta epidemiológica en el continente americano y llamó a los países a ajustar sus planes de preparación y organización de los servicios de salud.