Javier Milei envió una comunicación oficial al cuerpo diplomático, que luego de encargaron de replicar los trolls libertarios en redes sociales, en la que amenazó a los embajadores y altos funcionarios del Servicio Exterior para que se alineen con las posiciones que expresó el propio Presidente en la Organización de Naciones Unidas (ONU) y en contra de la Agenda 2030. En su misiva, el líder de La Libertad Avanza también aprovechó para destacar la labor de Diana Mondino, ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
Tras la reciente salida del vicecanciller Leopoldo Sohares y del embajador de carrera Ricardo Lagorio, representante argentino ante la ONU, Javier Milei envió una fuerte misiva a la Cancillería con la que amenazó a los integrantes del cuerpo diplomático que no se plieguen a su agenda internacional. "Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado", comunicó el Presidente en una carta que se volvió viral, ya que fue compartida públicamente por distintas reconocidas cuentas en redes del dispositivo de trolls libertarios.
La carta completa de Milei al cuerpo diplomático
De mi mayor consideración:
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Tengo el agrado de dirigirme a Ud., en mi carácter de Presidente de la Nación Argentina, a fin de solicitarle que arbitre los medios necesarios para transmitir la presente comunicación a la totalidad de los funcionarios y personal de su jurisdicción, así como el personal diplomático y civil del Servicio Exterior de la Nación.
En primer lugar, quisiera destacar la enorme labor llevada adelante por Ud. Sra. Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio, Internacional y Culto y su equipo durante estos meses en los que han sido encomendados con la titánica tarea de liderar un proceso de profundo cambio en la Cancillería argentina.
Nuestro país se encuentra transitando un cambio de época, y así se refleja en el incansable espíritu de todos los argentinos que trabajan día a día por salir adelante. Luego de largos años de frustraciones, la sociedad ha decidido retomar el camino que en algún momento hizo de este suelo un lugar de crecimiento y oportunidades.
Ese cambio de rumbo interno también debe reflejarse en el plano internacional a través del trabajo de la totalidad del cuerpo diplomático, la participación en los foros internacionales y los organismos multinacionales.
Tal como expuse en mi reciente intervención en la Asamblea General de la ONU, "la Agenda 2030, aunque bienintencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los estados-nación, y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas.
Los principales organismos internacionales se han sometido a esta agenda que obedece a intereses privilegiados; y han abandonado los principios esbozados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por la Organización de las Naciones Unidas.
Se han promovido políticas colectivistas que atentan contra el crecimiento económico, violentan los derechos de propiedad, y entorpecen el proceso económico natural, llegando a impedirle a los países más postergados del mundo gozar libremente de sus propios recursos para salir adelante.
Deben ponerse en valor las ideas que dicen que todos los ciudadanos nacemos libres e iguales ante la ley, que tenemos derechos inalienables otorgados por el creador, entre los que se encuentran el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad.
Esos principios, que ordenan el proceso de cambio que estamos llevando adelante en la Argentina, son también los principios que guiarán nuestra conducta internacional.
Esta doctrina de la nueva Argentina no es, ni más ni menos, que la verdadera esencia de la Organización de las Naciones Unidas: la cooperación de naciones, unidas en defensa de la libertad".
Ahora bien, esta nueva doctrina implica, por definición, que ningún funcionario de esta administración ni quienes representan a la Argentina en el exterior deben acompañar ningún proyecto, declaración, resolución, o documento que establezca violaciones al derecho a la vida, la libertad y la propiedad; o un trato desigual frente a la ley; valores que son pilares de esta nueva administración, de ningún ciudadano del mundo. No importa bajo qué bandera noble se pretendan escudar estas violaciones, la República Argentina no acompañará ninguna medida que atente contra estos valores fundamentales de la civilización occidental.
El protagonismo asumido por nuestro país en el escenario global como defensor de los valores republicanos de las democracias occidentales requiere de un cuerpo diplomático comprometido con las ideas de la libertad y dispuesto a trabajar mancomunadamente para proteger los intereses nacionales.
Es por ello, que este momento histórico demanda el esfuerzo de la totalidad de los funcionarios y personal del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, así como el personal diplomático y civil del Servicio Exterior de la Nación.
Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado.
Sin otro particular saluda atte.