Custodiado por más de una docena de policías equipados con potentes rifles, casco y chaleco antibalas, Ramiro Solorio parece más estar liderando una operación armada que ser un candidato que se postula para ser el próximo alcalde del conocido puerto Acapulco, en el sur de México.
En otras partes del país latinoamericano, donde decenas de candidatos y políticos han sido asesinados previo a las elecciones del 2 de junio, el riesgo de ser víctima de la violencia e incluso asesinado es tan alto que muchos sienten que no tienen más opción que hacer campaña equipados con chalecos antibalas y moverse en vehículos blindados.
"Tenemos miedo de que nos asesinen", dijo Solorio, de 55 años, mientras saludaba a pobladores de una empobrecida zona a las afueras humildes de Acapulco, la parte más vulnerable de este deslumbrante lugar turístico, donde las calles apestan a basura desbordada y crecen charcos de agua estancada.
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"El Brother", como él mismo se ha autonombrado, recorre las polvorientas calles sin pavimento junto con 15 miembros de la Guardia Nacional, luego de que las autoridades federales encontraran riesgos importantes para su seguridad.
En el estado Guerrero, donde se encuentra Acapulco, han sido asesinados seis candidatos, más que en cualquier otra zona del país.
De septiembre a mayo, en todo México, 34 candidatos o aspirantes a cargos públicos fueron abatidos. Analistas de seguridad creen que los asesinatos están relacionados principalmente con los cárteles de la droga que buscan influir en las elecciones, sobre todo en las locales.
Reuters habló con más de una docena de candidatos y jefes de partidos para comprender el impacto de la violencia en las elecciones locales y los temores que enfrentan muchos aspirantes.
Solorio, quien se postula para la alcaldía de Acapulco por el Partido Encuentro Social (PES), está particularmente preocupado porque ha hecho de la seguridad un tema central de su campaña. Con frecuencia, el peculiar candidato se viste como un luchador mexicano; mientras hace recorridos proselitistas, toma su máscara azul brillante con letras de colores y se la pone, resbalando por su rostro bañado en sudor.
Frente a los electores, hace la famosa pose de luchador de cuadrilátero, doblando las rodillas y empuñando ambas manos.
"La convivencia entre Gobierno y delincuencia es una realidad", alegó Solorio, que promete limpiar el Gobierno local y restaurar la ley y el orden.
Aunque se espera que el partido gobernante Morena gane cómodamente las elecciones presidenciales, la violencia contra los candidatos locales es una mancha importante en el legado del presidente Andrés Manuel López Obrador, en medio de críticas de que su Gobierno no ha logrado mejorar la situación de seguridad en el país.
López Obrador dejará su cargo a fines de este año. Su sucesor será elegido el 2 de junio, el mismo día de las elecciones a gobiernos locales, marcadas por la violencia.
AMLO, acrónimo con el que se conoce al mandatario, ha calificado como sensacionalistas las cifras de violencia contra políticos y candidatos. El presidente defiende su historial en materia de seguridad al asegurar que durante su Gobierno se reportó una caída del 5% en homicidios, en comparación con 2022.
Los homicidios, que en su mayoría se cometen con arma de fuego, aún rondan en los 30,000 casos cada año, y en el sexenio por concluir, además, han sido asesinadas más personas que durante cualquier otra administración en la historia moderna de México.
"Hay zonas en las que definitivamente los candidatos no pueden entrar", dijo a Reuters el líder del partido opositor PAN en Guerrero, Eloy Salmerón, quien admitió que en algunas localidades el partido no postuló candidatos. "Hay mucho temor", afirmó.
VIOLENCIA SIN PRECEDENTES
El proceso electoral vigente ha registrado el mayor número de incidentes violentos denunciados contra candidatos y políticos, según la consultora de riesgos Integralia que contabilizó 560 incidentes, una cifra muy por encima de la alcanzada en las elecciones intermedias de 2021.
"Es inédita la violencia que está enfrentando el proceso electoral", afirmó el investigador de la consultora, Armando Vargas.
Preocupados por su seguridad y la de su familia, decenas de candidatos a cargos públicos prefirieron abandonar el proceso, mientras que en otros casos ha habido regiones donde no hubo ningún postulante.
El impacto en la política municipal en particular ha puesto en riesgo el funcionamiento mismo de la democracia en ciertos estados, de acuerdo a expertos.
Por ejemplo, en Tumbiscatío, situado en el occidental estado Michoacán, una ciudad asolada por la violencia donde los cárteles han utilizado drones armados con explosivos, autoridades electorales optaron por no instalar centros de votación, estas fueron movidas a otro municipio.
En total, en todo el estado, fueron reubicadas por seguridad 11 casillas, de acuerdo a un documento de Excel enviado a Reuters por una autoridad electoral.
"Los ataques contra candidatos están a la orden del día, eso es un atentado a la democracia en sí mismo", dijo Vicente Sánchez, experto en políticas públicas y seguridad por el Colegio de la Frontera Norte (Colef) en Tijuana.
"El crimen esta poniendo los candidatos, tumbándolos (quitándolos) o llegando a arreglos, sobre todo en procesos electorales a nivel local", agregó.
En Michoacán, fronterizo con Guerrero, Francisco Huacus se postula para el Congreso por el opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), haciendo campaña en un vehículo blindado y con un chaleco antibalas.
"Tenemos que hacer campaña como si estuviéramos en una zona de Guerra," afirmó.
Huacus reafirma que candidatos a cargos públicos locales corren aún más peligro que él, ya que grupos criminales buscan incidir en los resultados de las elecciones, por ejemplo, a puestos municipales que les permitan continuar controlando rutas de tráfico de droga y otros delitos.
Ante los crecientes ataques, el gobierno mexicano ha implementado un plan para proteger a los candidatos. Hasta ahora al menos 500 de ellos cuentan con seguridad, principalmente con agentes armados, pero eso es sólo una pequeña fracción de los más de 20,000 puestos que se votarán el 2 de junio.
De regreso en Acapulco, en un ejemplo de quienes cuentan con protección, Solorio inicia su recorrido con la frase "vamos a luchar por la justicia en Acapulco", mientras en su entorno se colocan estratégicamente los 15 efectivos de seguridad para proteger su vida.
Con información de Reuters