En el tercer trimestre del año los salarios perdieron 3% de capacidad de compra, con lo cual se interrumpió una seguidilla de aumentos que habían estado por encima de la inflación. Según un informe de la consultora Ecolatina, hasta marzo el salario formal había crecido más de 5% en términos reales, en el segundo trimestre del año arrojó que el incremento acumulado de 0,5%, mientras que hasta septiembre proyecta que el retroceso fue cercano a 3%.
"Los bruscos saltos del tipo de cambio oficial entre 2018 y 2019 aceleró la inflación que, como no fue anticipada, ocasionó un deterioro del salario real del 14% en relación al promedio de 2017", aseguró la consultora privada. El informe de Ecolatina destaca la política de recuperación de ingreso de las familias que se implementó con el cambio de Gobierno. Hasta marzo el salario formal había crecido más de 5% en términos reales.
"Sin embargo, la irrupción de la pandemia y el establecimiento de la cuarentena postergó las negociaciones paritarias del año, por lo que esta mejora se fue erosionando lentamente", asegura. "De hecho, durante el segundo trimestre el incremento acumulado de los salarios registrados fue de sólo 0,5%", aclara.
En la pérdida de poder adquisitivo influyó también la imposibilidad de operar en muchos sectores productivos, que fue acompañado del cobro del 70% del salario por parte de los trabajadores suspendidos, y por otro, la decisión de priorizar la protección del empleo con la extensión de la doble indemnización y el pago de parte del salario por parte de estado (a través del ATP).
"La lenta salida de la cuarentena y la paulatina puesta en marcha de la economía permitió una reactivación de las negociaciones paritarias en el tercer trimestre", remarca Ecolatina. Los primeros en acordar fueron los sectores considerados esenciales (camioneros, sanidad, bancarios, seguridad privada), a quienes siguieron sindicatos que aglutinan a trabajadores de comercio, y metalúrgicos, entre otros.
En estos últimos rubros los aumentos tomaron forma de pagos de suma fija hasta fin de año o primer trimestre del año que viene. A diferencia de lo ocurrido a comienzos del año, esto parece responder más a las dificultades que están pasando las empresas que a un criterio redistributivo. En consecuencia, los salarios formales habrían terminado el tercer trimestre con un incremento acumulado de casi 21%, prácticamente empatando en la carrera nominal a los precios (en torno a 22%).
Como resultado de una recomposición adicional en sectores que todavía operan con restricciones (como la construcción o la gastronomía), las negociaciones en curso con estatales, y el pleno percibimiento de los salarios por parte de los trabajadores suspendidos (lo cual mejora el ingreso percibido), el salario real formal "no sufriría un significativo deterioro en la última parte del año". "Esto no será suficiente para revertir la dinámica de los últimos años y, en promedio, exhibirá un retroceso cercano a 3%", concluye el informe.