Shakira en Vélez: el show brutal que se volvió histórico cuando entraron Milan y Sasha

Shakira encendió Vélez con un show arrollador que mezcló épica pop y emoción pura, coronado por un momento histórico cuando cantó “Acróstico” junto a sus hijos, convirtiendo la noche en un hito íntimo e inolvidable para Buenos Aires.

10 de diciembre, 2025 | 15.34

Lo que ocurrió en el segundo show de Shakira en Vélez fue una mezcla eléctrica de mito pop, épica familiar y ADN latino vibrando a 120 decibeles. Buenos Aires la esperaba como a una vieja amiga que regresa después de haber sobrevivido a incendios, ciclones y un mundo entero observando cada uno de sus pasos. 

El setlist fue un terremoto emocional. “Estoy Aquí”, “La Tortura”, “La Pared” con arreglos sinfónicos, “Te Felicito”, “BZRP Sessions”, “Día de Enero”, “Hips Don’t Lie”. Cada canción era una capa más de una historia que Buenos Aires conoce de memoria. Y ella lo sabe: “Argentina es mi casa. Ustedes son mi manada”, gritó, y la cancha rugió como si Vélez fuese el centro del mapa emocional de Latinoamérica.

Pero lo verdaderamente histórico llegó cuando el show estaba ya en un punto flotante, ese instante en el que el tiempo deja de ser tiempo y el escenario se convierte en un confesionario. Shakira llamó a Milan y Sasha. Sus hijos. Sus dos pequeños compañeros de vida. Los chicos subieron tímidos, emocionados, agarrados a la mano de su mamá como si el estadio entero no existiera.

Cantaron “Acróstico”, la canción que Shakira les escribió en su momento más vulnerable. El estadio se volvió un abrazo colectivo. Miles llorando, miles grabando, miles prometiéndose recordar para siempre lo que estaban viendo: una estrella mundial que, por un instante íntimo y perfecto, dejó de ser mito para ser madre.

Shakira regresó a la Argentina 

Shakira siguió el show como quien vuelve a ponerse la armadura después de haber mostrado el corazón. Homenajeó a Cerati con “Día Especial”, proyectando imágenes de su amigo en pantalla mientras Buenos Aires entera se quedaba sin voz. Y el resto fue pura potencia, pantallas 8K, coreografías explosivas, cambios de vestuario, láseres, un sonido perfecto que hacía temblar el piso. Una maquinaria imparable al servicio de una artista que domina el escenario como si fuera una extensión de su cuerpo.

Shakira deslumbró Vélez con su segundo show en Buenos Aires.

La colombiana cerró su segundo Vélez reafirmando algo que ya sabíamos, pero que ahora quedó tatuado en la memoria del país. Shakira no solo es una diva global; es un fenómeno emocional y cultural que convierte cada show en un acontecimiento nacional.