La caída en la recaudación tributaria, un síntoma de un modelo económico basado en la desigualdad

10 de diciembre, 2025 | 15.18

Terminando el segundo año de mandato, el gobierno celebra señales de estabilidad macroeconómica como la desaceleración del aumento de precios, el declive del riesgo país, y un escueto superávit fiscal. Pero la caída de la recaudación (de un 8,6% interanual en noviembre) muestra que pocos sectores se ven beneficiados en materia fiscal, en tanto las mayorías pagan el ajuste por la motosierra.

Para explicar la caída de 8,6% en la recaudación, desde ARCA señalan que la base de comparación en noviembre 2024 fue excepcionalmente alta, principalmente por ingresos extraordinarios provenientes de la moratoria, el impuesto de regularización de activos y el régimen especial de ingreso del impuesto sobre los bienes personales (REIBP) y el aumento del monto mínimo imponible, así como un anticipo extraordinario del pago que protege a los suscriptores ante modificaciones hasta 2038.

Sin embargo, esto expresa una debilidad: los regímenes de regulación de activos buscan obtener divisas e ingresos fiscales en una ocasión extraordinaria, pero al mismo tiempo colisionan con el objetivo a largo plazo de combatir la evasión fiscal y lograr una mayor participación de los estratos más ricos en la tributación. La reducción en el ingreso correspondiente al impuesto a los bienes personales, es un beneficio para segmentos de mayores recursos.  A su vez, un impacto mayor tuvo la eliminación del impuesto PAIS. Este agujero en la recaudación es la contrapartida de viajes e importaciones baratas y va de la mano con las salidas récord de divisas por el turismo emisivo y por el auge de las importaciones puerta a puerta que vemos en el balance cambiario.

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Otro elemento importante es la pérdida de recaudación en el comercio exterior, donde la recaudación de derechos a la exportación exhibe una diferencia negativa nominal de 59,3%. Como era de esperar, la eliminación temporaria de retenciones en septiembre, previo a las elecciones, afecta la recaudación de los últimos meses del año debido a las liquidaciones anticipadas de exportaciones. 

La quita temporal de las retenciones en el mes preelectoral nos muestra como caso ejemplar que el resultado fiscal no se complica por un excesivo gasto público motivado por el Estado de bienestar. Además, el ministro de Economía acaba de anunciar una nueva quita de retenciones lo que impactará de la misma manera previo a las elecciones.

En sintesis, el gobierno nos promete: si ordenamos las cuentas del sector público, no tendremos problemas en el frente externo porque la mayor confianza de los mercados nos da acceso al financiamiento externo. Pero es la desesperación por adquirir divisas lo que motiva las concesiones insostenibles y profundamente injustas que después hacemos en materia fiscal.

Por último, no se puede ignorar el efecto que tiene la recesión y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios sobre el ingreso tributario. El peso más grande lo representan por lejos el IVA neto de devoluciones y el impuesto a las ganancias, cuya variación nominal de 27,9% y 27,7% quedó significativamente por debajo de la inflación interanual. A su vez, los sectores económicos que más aportan a la recaudación de estos impuestos son la industria manufacturera y el comercio. Para poner un ejemplo, en 2024 han representado respectivamente el 32,9% y 25,5% de la recaudación de IVA bruto, en tanto la intermediación financiera ocupó el tercer lugar con 7,5%. La caída real que sufrió la recaudación del IVA y del impuesto a las ganancias va de la mano con el derrumbe de la actividad industrial y el estancamiento en el comercio. Esto debería hacerle ruido a quienes pretenden crecer meramente en base a la intermediación financiera y plantea otra vez la pregunta acerca del rol que tienen el mercado interno y la industria en el modelo económico.

¿Cómo se supone que vamos a sostener el superávit fiscal con menos recursos? El gobierno apuesta a la motosierra para compensar las pérdidas por el estancamiento y los favores a los sectores más ricos. En noviembre anunció la eliminación de subsidios sobre agua y gas que afectará a millones de familias. No se trata de soluciones técnicas para resolver la inflación. Es parte del ensañamiento con el que lleva adelante el ajuste. El mismo mes, Milei firmó el DNU 805/2025 que avala el corte de suministro de agua en caso de mora. También es el mismo mes en que nos enteramos por el propio INDEC en su informe sobre estrategias de manutención que el 25,5% de las familias se ha endeudado en el primer semestre de 2025 para enfrentar gastos corrientes y el 40,8% utilizó ahorros o vendió pertenencias. Terminando el segundo año de mandato de Javier Milei, vemos que la estabilidad macroeconómica que celebra el gobierno le desordena la estructura de gastos a los hogares.

Caputo y su equipo avanzan sobre el achicamiento del Estado. Han logrado mantener señales de estabilidad utilizando medidas que nos alejan de una recaudación justa, sólida y sostenible en el tiempo, como son el blanqueo de bienes personales al inicio del gobierno y la eliminación temporal de retenciones antes de las elecciones. Pero las divisas ingresadas se destinaron a la fuga en concepto de formación de activos externos, a sostener artificialmente el tipo de cambio y también a financiar niveles récord de turismo emisivo y de libre importación de bienes de consumo. La motosierra sobre los gastos es utilizada para contrabalancear los premios a los evasores, la reducción de impuestos para los más ricos y la recesión autoinducida por el gobierno. Sin embargo, para el gobierno no es suficiente, pocas semanas atrás debió pedir ayuda al tesoro de Estados Unidos para llegar a las elecciones, demostrando una vez más la insuficiencia de sus políticas económicas.

Al mismo tiempo continúa el endeudamiento desenfrenado y no se elaboran propuestas para aliviar la situación crítica que atraviesan las familias.

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Delfina Rossi

Nació en Rosario. Es magíster en Economía y en Políticas Públicas y cursa el doctorado en Ciencia Política. Directora del Banco Ciudad de Buenos Aires. Exdirectora del Banco de la Nación. Referenta de Buenos Aires 3D. Feminista, ciudadana del mundo, porteña por elección.