De niño recibió un riñón, su mamá murió esperando uno y hoy impulsa la donación: el chico viral en Los Fundamentalistas

Eric Simon, el joven viral tras un recital de Los Fundamentalistas, concientiza sobre la donación de órganos, tras recibir un trasplante que le salvó la vida y perder a su mamá, quien falleció esperando uno. Su historia. 

19 de diciembre, 2025 | 13.47

Eran las cuatro de la mañana del 25 de julio del 2000 cuando sonó el teléfono en la casa de Pigüé donde vivía Eric Simon con su familia. La noticia era la más esperada: habían encontrado un donante compatible de riñón. Sin dudarlo, armaron una muda de ropa y salieron de inmediato. 

Eric todavía recuerda aquella travesía como si la estuviera volviendo a vivir: “Fue de Pigüé a Coronel Suárez, de Coronel Suárez en avioneta hasta aeroparque, últimos estudios en La Plata, Hospital Italiano, últimos estudios y evaluación, y esperar a que llegue el riñón”. 

Desde ese día, no dejó de luchar. Sin embargo, su involucramiento pleno con la donación de órganos llegó más tarde, tras ser diagnosticado con osteocondritis. “Me agarró una revolución interna que me llevó a involucrarme de lleno en el significado del deporte y la donación de órganos”, explicó, sobre las campañas que realiza hoy en clubes y escuelas para concientizar.

En paralelo, atravesó uno de los momentos más difíciles de su vida: la enfermedad de su madre, quien falleció en 2021, paradójicamente, esperando un trasplante de riñón.  Eric todavía recuerda la sensación que le produjo ver a su mamá en la misma situación que pasó él cuando era un niño: “Había una conexión especial con mi vieja. Pasó de ella hacerme las diálisis a que le hagan hemodiálisis. Fue revivir una historia”. 

Años después, no sabía que iba a volverse viral en redes sociales. El 7 de diciembre pasado no se despertó como cualquier otro día, sino que abrió los ojos después de haber vivido su primer show en vivo de Los Fundamentalistas y del Indio Solari sin saber que había pasado: “Me despierto y veo que un amigo me manda el video, y después otro y otro. A la noche lo vuelvo a agarrar y veo que tengo explotado Instagram. Sigo totalmente atónito”, contó todavía sorprendido y sin entender del todo cómo había sucedido. Aunque aseguró que su vida personal no cambió de forma significativa por esa viralización, sí remarca que le cambió su “energía interior”. 

Para Simon la viralización “se tenía que dar de alguna manera u otra” para poner el foco en la importancia de la donación de órganos: “Es demostrar a través de lo que me paso a mi lo que hace la donación de órganos. Deseo de todo corazón que llegue a donde se pueda y que la gente tome realmente conciencia”. 

Su enfermedad

Eric Simon nació en la ciudad de Pigüé, partido de Saavedra. Al año y medio de vida fue diagnosticado con síndrome urémico hemolítico, una enfermedad provocada por una bacteria que afecta severamente a los riñones. El cuadro le generó convulsiones, diarrea y deshidratación, por lo que fue trasladado de urgencia a Bahía Blanca, donde fue atendido por la nefróloga infantil Laura Alconcher, quien le salvó la vida.

Con el avance de la enfermedad y el deterioro de los órganos, el trasplante se volvió inevitable con el paso del tiempo. En el año 2000, con apenas nueve años, comenzó a recibir diálisis. “Me las hacía mi mamá, en una habitación solo para mí. Eran cada seis horas”, recordó. En paralelo ingresó en lista de espera y se realizaron estudios de compatibilidad con su familia, siendo su mamá la persona compatible, pero, por una decisión que él describe como una iluminación de otra familia, apareció un órgano de un “cadavérico” y la madrugada del 25 de julio de ese año la familia fue avisada de la compatibilidad.

Tras la cirugía y con una evolución “totalmente favorable”, el joven Eric empezó a “poder vivir”. Sin embargo, afrontó nuevos obstáculos en su preadolescencia al recibir burlas por estar "hinchado" o por tener una frente "llena de vello" por los inmunosupresores que tomaba. Además, tuvo que repetir de año y hacer nuevas amistades. “Molestaba, pero no fue limitante. Yo sabía que había ganado lo que tenía que ganar”, cuenta.

Debido a la toma constante de los medicamentos empezaron a presentarse contradicciones como la osteocondritis o arritmia multifocal, pero Eric remarca que son “pequeñas cositas” que no lo detienen porque le han dado “una nueva vida de poder hacer muchas cosas”. En la actualidad sigue una dieta estricta cuidándose de las proteínas, tomando entre 6 y 8 medicamentos, sin consumir alcohol y practicando deporte.  

La enfermedad de su mamá, el deporte y su "revolución interna"

En 2014, la vida del oriundo de Pigüé volvió a cambiar de manera rotunda. Mientras él viajó a Buenos Aires para ser operado de una de sus rodillas, su mamá se trasladó a Bahía Blanca por una complicación renal que la llevó a ingresar en diálisis. En una de esas vueltas inesperadas de la vida, descubrieron que la persona que iba a ser en un primer momento su donante para salvarle la vida, tenía los riñones atrofiados. 

Eric todavía recuerda la sensación que le produjo ver a su mamá en la misma situación que él pasó cuando era un niño: “Había una conexión especial con mi vieja. Pasó de ella hacerme las diálisis a que le hagan hemodiálisis. Fue revivir una historia”. 

Es en ese lapso, Eric conoce la Asociación de Deportistas Trasplantados de la República Argentina (ADETRA) y le agarra una “revolución interna” de querer involucrarse de lleno en “demostrar que la donación de órganos” es importante, sin dejar de acompañar a su madre en ningún momento. 

“Yo la acompañaba, le daba aliento, competía, demostraba la calidad de vida que hay detrás de un trasplante, no solo porque mi vieja haya pasado lo que pasó, sino porque también había 8 mil personas en lista de espera y hay otro tanto que no pueden ingresar momentáneamente”, expresa, sobre las complejidades de esperar un órgano.

Las campañas y la importancia de donar órganos

Hoy su actividad se centra en las campañas de donación en escuelas y clubes de la ciudad. Para él, es crucial hacer foco en la importancia de donar órganos y en la calidad de vida que se puede tener. También difunde casos a través de redes sociales, aunque advirtió sobre la principal dificultad del proceso. “Tiene que aparecer la varita mágica de la compatibilidad. Sin compatibilidad no hay donación”, señaló.

A su vez, en las distintas charlas, Simon remarca la importancia del trabajo que hacen desde el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) a través del Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (SINTRA) y del Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de la provincia de Buenos Aires (CUCAIBA), que son los organismos encargados de gestionar las listas de espera, de la asignación de órganos según la compatibilidad, de la coordinación logística para que los tejidos lleguen a cada centro de salud y en acompañar a las familias en todo el proceso: “Es importante que las familias hablen si quieren o no quieren ser donantes de órganos. Porque cuando viene el momento decisivo le es mucho más fácil tomar la decisión y eso agiliza el proceso”, concluye.