La motosierra a la educación hace ruido entre los aliados de La Libertad Avanza

Bullrich no quiere sufrir en el Senado este viernes una rebelión de último momento como enfrentó Menem en Diputados. Está confiada pero sigue negociando el Presupuesto. En el oficialismo, en tanto, se preparan para cualquier resultado, incluso uno adverso.

23 de diciembre, 2025 | 00.05

El proyecto de Presupuesto 2026, que La Libertad Avanza (LLA) intentará convertir en ley este viernes en el Senado, prevé un recorte feroz en fondos y metas de inversión para educación, ciencia y tecnología que –ya despejada la discusión por las leyes de emergencia en discapacidad y financiamiento universitario– amenaza a la estrategia oficialista. La iniciativa, que la senadora Patricia Bullrich intenta blindar desde el último fin de semana con reuniones virtuales y conversaciones telefónicas con los bloques aliados, plantea ajustes presupuestarios para las escuelas técnicas, las universidades nacionales y las becas estudiantiles, entre otros ítems sensibles de la inversión educativa.

Algunos de esos aliados a los que Bullrich sondea permanentemente ya han manifestado su incomodidad por tener que votar tamaño ajuste educativo. Para que no le ocurra lo mismo que en Diputados –es decir: entrar al recinto sin saber que una rebelión en ciernes voltearía un capítulo entero del proyecto–, la presidenta del bloque libertario repasa una y otra vez votos y conversaciones y está convencida de que podrá avanzar. Para ello, debió sacrificar los tiempos de sanción de la Reforma Laboral y de la modificación de la Ley de Glaciares, y hacerle entender a la Casa Rosada que no había margen para insistir en la Cámara Alta con la derogación de las leyes que buscan dar algún tipo de cobertura a las personas con discapacidad y a las universidades nacionales en un contexto de ajuste.

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Pero aún sin las derogaciones de esas dos leyes tan sensibles, el Presupuesto 2026 aún dista de ser una pieza atractiva para votar. Solamente en materia educativa, elimina el requisito legal de que la Argentina busque cumplir una inversión educativa que alcance idealmente el 6% de su PBI y una inversión en ciencia y tecnología del 1% del PBI. Además, según un análisis del Centro de Estudios Políticos de la Argentina (CEPA), prácticamente desarma el fondo que el Estado destina al equipamiento, insumos y capacitaciones de las escuelas técnicas, que cae cae 93% en términos reales comparado con lo ejecutado en 2023.

En cuanto a las universidades nacionales, la caída es del 33,8% en términos reales en comparación con lo ejecutado en 2023. Para las becas y transferencias estudiantiles, el ajuste llega al 76,6% también en términos reales contra lo ejecutado 2023. En ciencia y tecnología, cae 48,8%. Y en total, la Función Educación y Cultura del Presupuesto cae 47,3% real entre lo ejecutado en 2023 y lo proyectado para 2026.

Con las fiestas navideñas cortando la semana, los senadores que viven en las provincias recién volverán a la Ciudad de Buenos Aires entre el jueves al atardecer y el viernes por la mañana. Bullrich trabaja para que no se le caiga ningún voto de los 44 que logró plasmar en un comunicado cuando, días atrás, logró encolumnar a todos los bloques no kirchneristas para arrebatarle lugares y presidencias en las comisiones al peronismo. En la vereda opuesta, el bloque que preside José Mayans trabaja para intentar que alguno o todos de los artículos del desfinanciamiento educativo caigan. No parece sencillo, aunque el oficialismo tendrá una dificultad extra: no le alcanza con apenas tener más votos que el peronismo, porque el Presupuesto requiere una mayoría especial de la mitad más uno del cuerpo. Es decir, 37 votos en el Senado.

El desafío es grande y así lo advirtió este lunes el neolibertario Luis Juez, que en una entrevista radial subrayó: “Hay que ser muy prudente porque el Presupuesto necesita 37 manos levantadas para ser aprobado. Ahí hay que ser muy artesanal. Hemos logrado juntar una mayoría importante para manejar el Senado y para armar estas comisiones. No es poca cosa”. En LLA hay conciencia de las dificultades.

Bullrich apuesta a sancionar la ley y no estirar los plazos (dado que si el Senado introduce cambios, el texto deberá volver a Diputados). Pero LLA también se prepara para un escenario adverso. Por las dudas, y previendo todos los escenarios, los trabajadores del Congreso en su conjunto, Senado y Diputados, fueron puestos en alerta ante la posibilidad de que deban seguir manteniendo el funcionamiento a pleno del Palacio Legislativo también durante la semana de año nuevo.