La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, denunció el jueves que se está fraguando un plan para desestabilizar a su gobierno usando a las Fuerzas Armadas, en medio de roces con la administración estadounidense.
La mandataria hizo los comentarios un día después de que su gobierno canceló un tratado de extradición de más de un siglo con Estados Unidos en respuesta a los comentarios de la embajadora en Tegucigalpa, quien criticó una reunión entre funcionarios del país centroamericano y venezolanos en Caracas.
"Se está fraguando un plan en contra de mi gobierno y eso es importante que el pueblo lo sepa", dijo Castro en un discurso público.
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"No voy a permitir que se utilice el instrumento de extradición para intimidar o chantajear a las Fuerzas Armadas de Honduras, nosotros estamos defendiendo a nuestras Fuerzas Armadas, no a los golpes de Estado", agregó Castro.
La mandataria, una izquierdista de 64 años esposa del expresidente Manuel Zelaya (2006-2009), aseguró que los "ataques" ponen en riesgo los comicios generales pautados para noviembre de 2025, donde se elegirá presidente, diputados, alcaldes y otros cargos locales.
El miércoles, la embajadora de Estados Unidos en Honduras, Laura Dogu, expresó su preocupación por haber visto imágenes de una reunión en Venezuela del ministro de Defensa hondureño, Manuel Zelaya -sobrino de la mandataria-, y al jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, sentados "al lado de un narcotraficante", sin dar más detalles.
En las fotografías del encuentro, Zelaya aparece con su homólogo venezolano, Vladimir Padrino, quien ha sido acusado por Estados Unidos de conspirar para distribuir cocaína a bordo de una aeronave registrada en los Estados Unidos.
El tratado de extradición era considerado una herramienta clave para desmantelar el "narco-Estado" que, según la justicia estadounidense, fue creado en Honduras bajo el gobierno anterior del presidente Juan Orlando Hernández (2014-2022), hoy preso en Estados Unidos.
Más temprano, el canciller hondureño, Enrique Reina, dijo tener información de que en el país "se estaría promoviendo un golpe de barracas", que supondría un movimiento en los cuarteles para la remoción de los jefes militares.
En 2009, tras un enfrentamiento entre el entonces presidente Zelaya y el Congreso y el máximo tribunal del país, el mandatario sufrió un golpe de Estado que, según denunciaron allegados a Zelaya, fue apoyado por Washington.
Con información de Reuters