Aumento de visitas de judíos a sitios islámicos de Jerusalén dispara temor a disturbios

11 de octubre, 2022 | 09.43

Un brusco aumento de las visitas de judíos a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, sagrada para los musulmanes, fue denunciado hoy por grupos palestinos que tacharon de "asalto" la llegada masiva de colonos a ese lugar, en el primer día de la festividad hebrea del Sucot y en medio de alerta ante posibles enfrentamientos violentos.

Grupos de colonos judíos celebraron el primer día de la festividad "asaltando la mezquita de Al-Aqsa", que integra el complejo religioso, y realizaron "marchas provocativas por los callejones de la Ciudad Vieja ocupada de Jerusalén", denunció la agencia oficial de noticias palestina Wafa.

Los colonos judíos irrumpieron en la mezquita después de que la policía israelí despejara los patios del recinto sagrado de los fieles musulmanes

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La fiesta del Sucot recuerda las vicisitudes del antiguo pueblo israelita durante el deambular por el desierto relatado en el Antiguo Testamento de la Biblia y es una de las más importantes del judaísmo.

Las festividades religiosas suelen ser un momento tenso en Jerusalén, ya que reúnen a un enorme números de personas en los lugares sagrados de la ciudad, lo que aumenta la probabilidad de choques entre seguidores de distintas religiones.

A principios de año, durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, las tensiones estallaron en los alrededores del complejo, y pocos meses después, en mayo, antes de una multitudinaria marcha de ultranacionalistas israelíes, decenas de judíos colonos entraron a rezar a la plaza

Hoy, testigos citados por la agencia palestina Safa cifraron en más de 300 el número de colonos que entraron en Al Aqsa para realizar recorridos "provocativos" en sus patios y rituales talmúdicos en el área del cementerio de Bab al-Rahma.

La Explanada de las Mezquitas se encuentra bajo la custodia de Jordania, pero sus accesos están controlados por Israel, desde que ocupó Jerusalén este en la Guerra de los Seis Días de 1967.

Junto con esa parte de mayoría árabe de la Ciudad Santa, que luego se anexó, Israel capturó también Cisjordania y la Franja de Gaza y colonizó esos territorios, que son reclamados por los palestinos para fundar allí un Estado independiente, con Jerusalén este como capital.

En Jerusalén este, precisamente, se encuentra la Ciudad Vieja, una antigua ciudadela amurallada donde se sitúan la mezquita de Al Aqsa y algunos de los lugares más sagrados para el judaísmo y el cristianismo, como el Muro de los Lamentos o la iglesia donde la tradición ubica la tumba de Jesucristo.

De acuerdo con el statu quo que se preserva en Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para el islam, los no musulmanes pueden acceder al recinto, pero solo los musulmanes pueden rezar dentro.

Sin embargo, muchos de ellos, sobre todos ortodoxos y ultraortodoxos, desafían estas normas, actuando incluso en contra de leyes judías que prohíben los rezos en ese lugar.

En el último año, el lugar recibió más de 50.000 visitas de judíos, casi el doble que el año anterior, anunció en Twitter la organización Beyadenu, que promueve esta práctica.

El movimiento islamista palestino Hamas llamó a enfrentar el "asalto israelí" a la mezquita en un comunicado en el que reafirmó "el derecho religioso, histórico y nacional de los palestinos al lugar sagrado" y llamó a la nación árabe e islámica y a todos los organismos internacionales libres para que apoyen al pueblo palestino frente a la "agresión sionista".

De modo paralelo a la tensión en la mezquita, fuerzas israelíes detuvieron a diez personas a las que acusa de "terrorismo" en una operación que llevaron a cabo anoche en Cisjordania, según un informe del Ejército israelí.

El Ejército dijo en un comunicado que halló armas de procedencia ilegal y un vehículo robado en la periferia de la ciudad de Hebrón.

Según el parte militar, los soldados israelíes decomisaron también un fusil estadounidense M16 durante la redada.

Con información de Télam