Para convertirse en presidente de Estados Unidos, un candidato necesita alcanzar la cifra clave de 270 delegados en el Colegio Electoral. Este sistema, creado en 1787, fusiona el voto popular con la representación estatal, y es fundamental para determinar al ganador de las elecciones presidenciales. Aunque el resultado de los comicios suele conocerse la misma noche de la votación, el proceso oficial no concluye hasta el 6 de enero, cuando el Congreso certifica los votos del Colegio Electoral.
Sin embargo, el Colegio Electoral fue objeto de debate y críticas durante años. A continuación, exploramos cómo funciona este sistema y qué necesita un candidato para asegurarse la victoria.
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La clave para gobernar EEUU: 270 delegados del Colegio Electoral
El sistema electoral de EE.UU. es único en su estructura. En lugar de una elección directa basada en el voto popular, cada estado otorga un número específico de delegados al ganador del voto popular en ese estado. El objetivo de los candidatos es alcanzar los 270 delegados para asegurar la presidencia. Si ninguno de los candidatos logra esa cifra, el resultado se decide mediante una elección contingente, donde la Cámara de Representantes elige al presidente y el Senado al vicepresidente. Esto solo ha ocurrido una vez en la historia, en 1837.
El Colegio Electoral: origen y críticas
El Colegio Electoral fue establecido en la Constitución de los Estados Unidos como un sistema que equilibra el poder entre los estados grandes y pequeños. No obstante, este método generó controversias a lo largo de los años. Algunos críticos señalan que el Colegio Electoral puede otorgar una ventaja desproporcionada a los estados más grandes y densamente poblados, ya que un candidato podría ganar las elecciones al dominar solo 11 de los estados más grandes, aunque pierda en el resto del país.
Por otro lado, hay quienes argumentan que el sistema protege a los estados más pequeños y menos poblados, que de otro modo serían ignorados en un sistema de voto popular directo. Sin embargo, esta sobrerrepresentación de los estados más pequeños también ha sido objeto de críticas, ya que estos estados, tradicionalmente republicanos, tienen más poder proporcional en las elecciones.
Ganar sin el voto popular: un fenómeno recurrente
Uno de los aspectos más controvertidos del Colegio Electoral es que un candidato puede ganar la presidencia sin obtener la mayoría del voto popular. Esto ha ocurrido en varias ocasiones, siendo los casos más recientes en las elecciones de 2000 y 2016, cuando los republicanos George W. Bush y Donald Trump lograron la presidencia a pesar de que sus oponentes demócratas, Al Gore y Hillary Clinton, ganaron más votos a nivel nacional.
La importancia de los estados péndulo
Los estados péndulo o clave son esenciales en las elecciones de EE.UU. En 2020, aunque el presidente Joe Biden ganó el voto popular por más de siete millones de votos, la elección fue decidida por un pequeño margen en los estados de Arizona, Georgia, Pensilvania y Wisconsin, donde obtuvo un total de 57 delegados con apenas 124.365 votos de diferencia. Estos estados tienen la capacidad de inclinar el resultado, lo que hace que los candidatos enfoquen sus campañas en ganar su apoyo.
En conclusión, para ganar la presidencia de Estados Unidos, un candidato no solo necesita asegurar el voto popular, sino que debe concentrarse en obtener los 270 delegados del Colegio Electoral, centrándose especialmente en los estados péndulo, donde pequeñas diferencias pueden cambiar el curso de una elección.