El gobierno del presidente Joe Biden tiene previsto pedir a un juez el viernes que bloquee una prohibición casi total del aborto impuesta por Texas -la ley más estricta de este tipo en la nación-, en una batalla clave en la feroz guerra legal por el acceso a la interrupción del embarazo en Estados Unidos.
La Corte Suprema permitió el 1 de septiembre que la ley respaldada por los republicanos entrara en vigencia, incluso a pesar de que el litigio sobre su legalidad continúa en tribunales inferiores. El Departamento de Justicia presentó una demanda ocho días después para intentar invalidarlo.
Durante una audiencia en Austin, la capital de Texas, abogados del Departamento de Justicia pedirán al juez de distrito Robert Pitman que bloquee temporalmente la ley, diciendo que la legislatura y el gobernador republicanos del estado la promulgaron "en un abierto desafío a la Constitución".
En el caso Roe vs. Wade de 1973, que legalizó el aborto en todo el país, la Suprema reconoció el derecho constitucional de la mujer a interrumpir su embarazo. En diciembre escuchará los argumentos sobre la legalidad de una ley de aborto en Misisipi, en un caso en el que funcionarios de ese estado están pidiendo a los jueces que revoquen Roe vs. Wade.
La ley tejana prohíbe los abortos a partir de las seis semanas de embarazo, un punto en el que muchas mujeres pueden no haberse dado cuenta aún de que están embarazadas. Esta y la medida de Misisipi se encuentran entre una serie de leyes respaldadas por los republicanos aprobadas por varios estados que restringen el aborto.
Cerca del 85% al 90% de los abortos se realizan después de seis semanas. Texas no hace ninguna excepción para los casos de violación e incesto. También permite a los ciudadanos comunes hacer cumplir la prohibición, recompensándolos con al menos 10.000 dólares si demandan con éxito a cualquiera que ayude a proporcionar un aborto después de que se detecte actividad cardiaca fetal.