Ghioni: “El modelo de Vaca Muerta tiene que ser de exportación, pero también con energía barata para la industria argentina”

El subsecretario de Energía de la provincia de Buenos Aires, Gastón Ghioni, dialogó con El Destape sobre Vaca Muerta, la paralización de las obras de infraestructura energética del gobierno nacional y las obras que están haciendo con fondos provinciales.

06 de abril, 2025 | 00.05

“Queremos que Vaca Muerta aumente las exportaciones de petróleo y gas, pero también queremos que sirva para el desarrollo de la industria del país”. Así sintetizó Gastón Ghioni, subsecretario de Energía de la provincia de Buenos Aires, su visión de futuro para Vaca Muerta. En una extensa entrevista con El Destape, el funcionario bonaerense, que asumió en el área energética provincial en 2019 de la mano del gobernador Axel Kicillof, analizó el escenario energético provincial y del país.
Ghioni criticó la política tarifaria del gobierno nacional y describió los riesgos que tiene frente a los movimientos del dólar y los problemas de la macro. “Los cuadros tarifarios de este gobierno no se definen por lo que necesitan las distribuidoras y por los costos de la energía. Las tarifas las define el Ministerio de Economía sólo con el criterio de contener la inflación”, indicó. 

Ghioni adelantó que antes de fin de año el gobierno de Kicillof inaugurará el Centro de Energías Renovables, un espacio de difusión, investigación y desarrollo de energías limpias. “En momentos donde la ciencia y la investigación están siendo vapuleadas, nosotros creemos que parte del desarrollo es a partir de la innovación y la ciencia”, subrayó.

¿Por qué hablás de Buenos Aires como una provincia petrolera? 

Cuando hablamos de Buenos Aires como provincia petrolera no es porque queremos las regalías, sino que lo que queremos discutir es a dónde va a parar ese producto. Las opciones son profundizar la mirada que tiene el gobierno puramente extractivista y primarizante de la economía, en la que sólo importan las exportaciones sin valor agregado, o promover el desarrollo y el crecimiento industrial. Buenos Aires es casi la refinería del país. Tiene cuatros plantas y concentra más del 70% de la refinación de la Argentina. Miramos al sector energético desde ese lugar. Creemos que la discusión es si el modelo de Vaca Muerta va a ser solo para la exportación o va a ser eso mismo, pero logrando energía barata para la industria local. 

¿Cómo sería eso?

Para que Vaca Muerta se desarrolle claramente tiene que tener escala de exportación. Nosotros queremos un modelo que sea con energía barata para la industria y con exportaciones, las dos cosas. El RIGI no tiene ningún incentivo para que Vaca Muerta desarrolle la industria argentina. Por eso hablamos de una provincia de Buenos Aires petrolera, porque estamos proponiendo un modelo de la industria petrolera y energética para el desarrollo del país.

La industria petrolera hoy está impulsando Vaca Muerta con un objetivo claro que es la exportación, que ya está arrojando números muy positivos para el país. ¿Cómo dar el salto para que favorezca al desarrollo de la industria argentina?

En este caso, son muy distintos el gas y el petróleo. Argentina hace un tiempo que tiene excedente de crudo y lo exporta. Esto fue el factor central para recomponer la balanza comercial.
En el caso de gas, entre 2010 y 2013 eran críticos los dólares que se iban por importaciones. Teníamos que sustituir esas importaciones por gas local. Esto explica la necesidad en aquel momento de desarrollar Vaca Muerta. El perfil exportador en gas de Vaca Muerta no será en el corto plazo, lo vemos más para 2029 o 2030. En este escenario, es clave para nosotros el precio que tendrá la energía para hacer más competitiva a la industria argentina. Esto significa que el gas vaya a las usinas (que utilizan al gas natural como fuente de generación de energía eléctrica). Tenemos que tener un sistema de generación mucho más gasífero que haga más competitivo al precio de la energía. Tenemos que bajar el costo de la energía eléctrica, que se va a lograr haciendo obras de transporte y de generación de electricidad.

¿Qué está haciendo el gobierno de Milei en este sentido?

Lo poco que teníamos para ampliar el parque de generación, que era la licitación que se había lanzado a fines de 2023 (licitación para centrales térmicas TerConf donde se habían comprometido inversiones por US$ 4000 millones) de 3.400 MW, el gobierno de Milei la tiró para atrás.  

¿Cómo pueden impactar los problemas de la macro del país en las tarifas?

La política energética está atrapada en la discusión por la macro. Cada aumento tarifario que otorga el gobierno en realidad se define por la expectativa inflacionaria y el gobierno lo va regulando. Con lo cual, el mensaje libertario de que hay que pagar la energía por lo que vale lo hicieron hasta marzo de 2024. Después congelaron las tarifas para frenar la inflación. El gobierno publicó una fórmula polinómica para la recomposición tarifaria, pero no la están aplicando. Hoy el gobierno está dando aumentos en línea con la expectativa inflacionaria y nada más. Los cuadros tarifarios de este gobierno no lo definen por lo que necesitan las distribuidoras y por los costos de la energía. Las tarifas las define el Ministerio de Economía para contener la inflación. 

¿Cómo puede impactar un movimiento del dólar oficial en las tarifas?

El riesgo es cambiario. En gran medida tenemos el precio de la energía dolarizado. Mientras el dólar esté estable, el gobierno puede tener un margen mayor y puede dar aumentos a las distribuidoras en línea con la inflación. El problema es que si se le dispare el dólar haya un traslado al precio de la energía (precio del gas y la electricidad) y después se disparan las tarifas. Y si no lo traslada a las tarifas, tiene que compensar la diferencia con aportes del Tesoro. Entonces, los problemas en la macro y con el dólar pueden complicar por un traslado brusco a las tarifas o en términos presupuestarios con aportes del Tesoro a Cammesa, que significa déficit. Por eso, es central en la política tarifaria del gobierno cómo evolucione el tipo de cambio en las próximas semanas. 

¿Hacia dónde quiere ir el gobierno con la desregulación del sector y cuál es el objetivo de la provincia de Buenos Aires?

Están queriendo volver al esquema de las privatizaciones de los ´90, un modelo que no funcionó. Por ejemplo, los privados no van a invertir semejante cantidad de dinero para las redes de alta tensión. No lo hicieron en los ´90, ni lo van a hacer ahora. 
En la provincia de Buenos Aires la ampliación del sistema quedó a cargo de las distribuidoras que deberían tomar la decisión de invertir para expandir el sistema. Eso no pasó nunca. Incluso se tuvo que agregar un componente específico a la tarifa, que va a un fondo fiduciario, para desarrollar obras de 132 kW, que son las líneas al interior de la provincia. 
Ni bien asumimos en Buenos Aires había un listado de obras por US$ 700 millones. Analizamos la recaudación a futuro de ese fondo y llegamos a la conclusión de que se iba a demorar 30 años en recaudar esos fondos para las obras necesarias. Esto el mercado no lo resuelve. Nosotros desde la provincia retomamos el financiamiento, incluso con fondos de la época de (María Eugenia) Vidal que no los utilizó, y volvimos a financiar obras para la expansión del sistema de transporte eléctrico. Si nuevamente vamos a pretender que el mercado sea el que lleve adelante esas obras, vamos a ver que es realmente muy difícil. 

¿Qué análisis hacés del intento del gobierno de desregular las normas del sector para que haya inversiones?

El sector energético en la provincia está muy expectante del marco regulatorio. El gobierno está rompiendo todo el marco normativo actual para incentivar inversiones. Pero lo que estamos observando es que es tan alto el nivel de incertidumbre económica que el sector energético está esperando a ver bajo qué normativa harían las inversiones. 
En lugar de avanzar con obras, el gobierno tiró todo para atrás. Iba a lanzar AMBA I (refuerzo en transmisión eléctrica del anillo del GBA), pero, no sé si fue por presión de los gobernadores, el gobierno también paralizó esa obra. Además, la semana pasada el gobierno disolvió el Fondo Fiduciario para el Transporte Eléctrico Federal para obras de transporte eléctrico. Acá ocurre lo mismo, tenemos un conflicto en puerta con cada una de las provincias porque este fondo era federal y tenía recursos de las provincias para obras de alta tensión. 
El Estado se retiró de las obras y también corrió del medio a las provincias. Lo que está diciendo el gobierno de Milei es que las obras de infraestructura se van a hacer donde el sector privado invierta, no donde las provincias lo necesitan. Hoy no hay ninguna inversión porque la macro no da estabilidad, pero el contexto normativo tampoco aporta estabilidad.

¿Qué obras están llevando adelante en la provincia?

Estamos financiando cuatro obras con fondos de la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, anteriormente conocido como Corporación Andina de Fomento) por US$ 100 millones. Después tenemos más obras de infraestructura energética a partir de fondos provinciales. También hay obras que ya terminamos en años anteriores. Son líneas de 132 kW y de 33 kW.