El gobierno de Javier Milei festejó este miércoles la licitación del primer bono en dólares en siete años, pero las cosas no salieron exactamente como esperaba. Finalmente, la tasa real de colocación del instrumento fue superior al 9%, bastante por encima del cupón anunciado inicialmente por el Ministerio de Economía, e incluso superior a lo que esperaba en los hechos el ministro de Economía, Luis Caputo. Además, el monto licitado no alcanzará por sí solo para cubrir los vencimientos de enero próximo.
En concreto, la Secretaría de Finanzas anunció que colocó 1.000 millones de dólares del nuevo Bonar 2029 entre un total de ofertas de más de 1.400 millones de dólares, entre casi 2.700 inversores.
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Economía había previsto una tasa nominal del 6,5%, pero nadie en el mercado consideraba que el bono podía colocarse a esa tasa real. El mismo Caputo había admitido ayer que aspiraba a que la tasa real fuera "menor al 9%". Pero, finalmente, tampoco consiguió eso. Finanzas informó que la Tasa Nominal Anual (TNA) teniendo en cuenta el rendimiento real del bono fue del 9,26%, la cual se eleva al 9,47% tomando la Tasa Efectiva Anual (TEA) o Tasa Interna de Retorno (TIR), que incorpora los retornos tras los vencimientos intermedios.
Es decir, el mercado no pagó el 100% del valor nominal del bono, sino que un cálculo rápido indica que ofertó a aproximadamente un 90% del mismo. La tasa fue incluso superior al 7,8% del bono en dólares emitido por CABA y al 8% del bono en dólares emitido por Santa Fe, ambos bajo legislación extranjera.
El Gobierno destacó que esta tasa del 9,26% lleva implícito un riesgo país de "550 puntos básicos", unos 80 puntos por debajo del riesgo país actual, y que refleja "una demostrada confianza de los inversores en las mejoras de 'fundamentals' económicos".
Los vencimientos de enero
Esa cifra todavía elevada revela por qué el país todavía no puede salir a hacer una colocación en los mercados internacionales, ya que se considera que el riesgo país debe ser menor a 500 puntos para que la tasa del bono sea lo suficientemente baja como para no correr un alto riesgo de default.
En este sentido, el Palacio de Hacienda vendió esta licitación como "el regreso de Argentina a los mercados voluntarios de deuda en moneda extranjera", pero la clave de la frase está en que lo "extranjero" es la moneda y no el mercado de deuda en sí, ya que la colocación se hizo bajo legislación local, no neoyorquina.
Aunque las consultoras destacan que la emisión de un bono suscripto y pagadero en dólares significa un paso adelante, la diferencia entre un bono local y uno bajo legislación externa no es solo formal, sino consecuencia directa de los apremiantes tiempos que afronta Milei de cara a los próximos vencimientos de enero.
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Básicamente, el Gobierno no tiene tiempo de hacer pasar la nueva deuda por el Congreso, como indica la Ley Guzmán para la que se emita bajo legislación extranjera, ni tampoco de hacer "road show" o marketing típico a los inversores en Wall Street.
Tal como había adelantado Caputo la semana pasada, Finanzas precisó este miércoles que "el resultado de esta colocación será utilizado para el pago de la amortización de los Bonares 2029 y 2030 el próximo 9 de enero". Sin embargo, el monto de 1.000 millones de dólares obtenido solo alcanzará para cubrir cerca de un cuarto de estos vencimientos, que son de 4.200 millones de dólares en total.
De este modo, el Gobierno tendrá que volver a echar mano a las reservas netas del Banco Central, hoy negativas en unos 16.000 millones de dólares, o gastar parte del swap con Estados Unidos. En definitiva, la falta de acumulación de divisas genuinas, que comenzó a socavar la confianza de los mercados en el plan económico a mitad de año, seguirá siendo el gran fantasma con el que el oficialismo tendrá que lidiar más temprano que tarde.
