Navidad siempre es una ocasión especial para lucir los mejores outfits, accesorios y manicura. Este 2025 el color dorado se apoderará del art nails dejando atrás los clásicos diseños en rojo y verde. Lejos de responder a una fórmula obvia, el dorado vuelve a escena con una impronta renovada y se instala como uno de los colores estrella de las fiestas. Elegante, luminoso y con una conexión directa con el clima de celebración, el tono se impone como una elección que combina impacto y sofisticación.
En esta temporada, el dorado se sacude su fama de exagerado y demuestra que puede ser tan versátil como refinado. Se adapta sin dificultad a estilos clásicos y también a propuestas más actuales, y particularmente en las uñas dejan de ser un detalle secundario para convertirse en protagonistas que buscan destacar.
Un clásico festivo que se reinventa
Hay opciones para todos los gustos. Uñas con acabados metálicos intensos, efectos perlados, brillos sutiles o terminaciones satinadas. Esa variedad es una de las razones por las que el dorado se consolida como tendencia. Incluso los looks más simples ganan un aire sofisticado cuando se combinan con este tono.
Otro de sus grandes atributos es la facilidad con la que se integra a la paleta clásica navideña. Dialoga a la perfección con rojos profundos, verdes oscuros, blancos y negros, y también con tonos neutros, lo que lo convierte en una elección segura y funcional.
El dorado logra un equilibrio poco común ya que no resulta tan llamativo como otros colores brillantes, pero tampoco pasa desapercibido. Esa combinación explica por qué muchas personas lo eligen como alternativa a los tradicionales rojo o bordó. Además, no exige diseños complejos para destacarse. Aplicado de forma pareja, el dorado ya genera un efecto elegante y llamativo, ideal para quienes buscan un resultado cuidado sin recurrir a un nail art recargado. Funciona en uñas cortas o largas, en diferentes formas y estilos, y se adapta tanto a manos jóvenes como adultas.
Más allá de lo estético, el dorado también transmite una idea de cierre, celebración y renovación, valores que conectan con el espíritu de fin de año. Es un color que suma sin imponer.
