El PAMI acaba de confirmar un dato que es mucho más que un número. Hoy, la Argentina tiene la cifra más alta de su historia de jubilados mayores de 100 años. Son exactamente 5.214 personas. Esta realidad demográfica no tiene precedentes y está transformando las estructuras familiares tradicionales.
Además, un fenómeno nuevo gana fuerza: padres e hijos que son jubilados al mismo tiempo. Esta situación, que mezcla alegría por la longevidad con enormes desafíos, ya es una escena cotidiana en miles de hogares.
La longevidad rompe moldes: el desafío de dos generaciones jubiladas
La imagen de un hijo jubilado cuidando a su padre, también jubilado, ya no es una anécdota aislada. Es la consecuencia directa de una población que vive más. El organismo previsional reconoce que es la primera vez que superan los cinco mil afiliados centenarios.
Este envejecimiento poblacional acelerado redefine los roles familiares y las economías domésticas. ¿Cómo se sostiene un hogar con dos ingresos jubilatorios, a menudo insuficientes? La pregunta flota en el aire y no tiene una respuesta fácil. Las jubilaciones, en muchos casos, no alcanzan para cubrir ni la tercera parte de la canasta básica de la tercera edad.
Un jubilado con la mínima cobra hoy $396.266,36. Sin embargo, la Canasta Básica para un adulto mayor supera los $1.500.000. La matemática es clara. El haber mínimo no llega a cubrir un tercio de lo necesario para vivir. Sin ahorros previos, propiedades o ayuda familiar, la situación se vuelve insostenible. Los gastos en medicamentos, pañales y cuidadores externos consumen rápidamente cualquier ingreso.
La grieta de la longevidad
La distribución de estos adultos mayores de 100 años no es homogénea en el país. Los números del PAMI proyectan una cruda realidad. Mientras en barrios como la Recoleta o Belgrano hay más de 30 afiliados centenarios por cada 10.000, en municipios del conurbano como Laferrere o José C. Paz la cifra cae a apenas 6.
Esto evidencia que la esperanza de vida extrema también es un privilegio de clase. La longevidad extra large no es para todos. Donde hay mejores condiciones de vida, hay más chances de llegar a los cien años con salud. La brecha social se profundiza con los años.
La soledad se perfila como una gran problemática para los futuros adultos mayores.
“¿Quién me va a cuidar a mí?”: la angustia de los jubilados sin hijos
Testimonios como el de Víctor, un jubilado de 63 años que cuida a su madre de 87, ilustran el dilema. Él puede hacerse cargo, pero reflexiona con preocupación: “Yo puedo cuidar a mi mamá, pero a mí no me van a poder cuidar”.
Muchos de los que hoy son sostén pertenecen a una generación que, por diversos motivos, no tuvieron hijos. Se avecina una crisis de cuidados sin red familiar que contenga. La soledad no planificada se perfila como una de las grandes problemáticas de los futuros adultos mayores.
Un sistema al borde del colapso: más afiliados, menos recursos
El PAMI tiene hoy casi 5,7 millones de afiliados, un 7,5% más que hace dos años. Este crecimiento constante choca con una base de trabajadores en blanco que no se expande al mismo ritmo.
Cada vez hay más jubilados que dependen de una caja previsional que se nutre de un empleo registrado que no crece. La sostenibilidad del sistema previsional es la gran incógnita para los años que se vienen.
