En plena pandemia, desde Cambiemos presionan para una vuelta a clases presenciales lo antes posible. Con la virtualidad como norma durante 2020, llamó la atención una resolución publicada en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires, el 28 de diciembre pasado. En la misma, se reasignaron partidas presupuestarias destinadas al Plan Sarmiento, más de 370 millones de pesos que se volcaron a otras áreas, y también de mantenimiento de la infraestructura escolar para destinar ese dinero a asistencia alimentaria.
Desde el Ministerio de Hacienda y Finanzas porteño explicaron a El Destape que la Legislatura sancionó un presupuesto de $ 1.640 millones para el Plan Sarmiento para el 2020, a los que luego se le sumaron $ 717 millones provenientes de desembolsos de organismos multilaterales de crédito. Por lo tanto, la partida alcanzó los $ 2.357 millones el año pasado.
Según argumentaron, por la caída de la recaudación y la redistribución de la coparticipación, fue necesario reasignar distintas partidas presupuestarias. En este caso, $ 372 millones pertenecientes a este plan hacia otra partida presupuestaria del mismo Ministerio de Educación y que se destinó al pago salarial docente. Con esta resta, el presupuesto total quedó proyectado para el cierre del 2020 en $ 1.985 millones, es decir $ 345 millones más de lo destinado en el presupuesto sancionado por la Legislatura. "Por lo tanto, es erróneo señalar que el crédito de esta partida se redujo. Al contrario: creció con respecto a lo sancionado para el 2020", dijeron.
El Plan Sarmiento forma parte del Plan Integral de Educación Digital, una iniciativa que tiene como principales objetivos promover la calidad educativa con igualdad de oportunidades y posibilidades, y favorecer la inclusión socio-educativa, según se indica en la página web del Ministerio de Educación de la Ciudad. El mismo comenzó a implementarse en 2011 y llegó a escuelas de gestión estatal y social porteñas.
El 28 de diciembre, la subsecretaría de Hacienda del Ministerio de Hacienda y Finanzas de la CABA aprobó “las modificaciones de créditos obrantes” en el anexo de la normativa. El mismo especifica la quita de $371.986.122 del programa Plan Sarmiento para la Dirección General de Educación Privada. El legislador porteño del Frente de Todos Juan Manuel Valdés aseguró que “el Gobierno de la Ciudad vuelve a atentar contra la educación en un año donde sostener la continuidad escolar de nuestras chicas y chicos es fundamental. Quienes reclaman la vuelta a clases son los mismos que recortan el presupuesto año a año”.
El dinero, según consta en el detalle del anexo, pasó manos de la Dirección General de Educación de Gestión Privada (DGEGP), que tiene la responsabilidad de diseñar e implementar procesos de supervisión, administración, coordinación y acompañamiento de las instituciones de gestión privada de la Ciudad de Buenos Aires.
Pero, además, también hubo una modificación en las partidas destinadas a la infraestructura. “Pasó de tres mil millones de pesos en 2020 a mil millones en 2021”, dijo Valdés. El Gobierno porteño resolvió redireccionar $ 47.300.627 de la Dirección General de Mantenimiento Escolar a la Dirección General de Servicios a las Escuelas, en particular para colaborar con la alimentación: “(...) requiere un incremento presupuestario a fin de hacer frente al devengamiento de gastos en concepto de lácteos”, dice la resolución. Si bien nadie está en contra de la asistencia, llama la atención que el recorte sea en el área de educación.
Esta mañana, el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, precisó en conferencia de prensa: "Decididamente debemos empezar las clases con la mayor presencialidad posible". "Estamos adaptando todos los sistemas de filtración de aire para que los espacios estén aireados", aseguró, y puntualizó que cuando las escuelas estén debidamente acondicionadas, "se presentará a la sociedad la estrategia" para una vuelta segura a la escuela.