La seda es una de las telas más suaves y brillantes del mercado textil. Su uso no solo se limita a prendas de lujo, sino también a accesorios, incluso algunos de uso cotidiano.
En este artículo te contaremos todo lo debés saber sobre la seda, desde su origen hasta sus cuidados. ¡Déjate sorprender!
¿Qué es la seda?
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La seda es una fibra natural que se compone, principalmente, de unas proteínas que ciertas especies de gusanos producen antes de completar su metamorfosis en espléndidas mariposas.
Actualmente se están investigando otras fuentes de producción de seda, como ciertas especies de arañas.
A la fecha, solo una especie de gusano es la que se usa comercialmente para producir esta fibra: el gusano Bombyx mori. Se trata de una especie domesticada a partir de una polilla salvaje que habita desde el norte de la India hasta el norte de China, Corea, Japón y las regiones más orientales de Rusia.
Solamente una especie de gusano es la que se usa para la producción comercial de la seda: el gusano Bombyx mori.
¿Cómo se obtiene?
Cuando se encuentra en estado de larva, la Bombyx mori produce un capullo de un solo hilo, hecho de dos fibras de fibroína rodeadas de sericina. La producción de seda ocurre en la glándula sericígena del gusano.
En esta glándula se generan distintas proteínas como la glicina y la treonina, que son las que le permiten al gusano construir su capullo para protegerse durante la metamorfosis. En un principio, la fibra de la seda emerge semilíquida y se solidifica (o polimeriza) en contacto con el aire.
La oruga poco a poco queda encerrada en el capullo, rodeada por un millar de filamentos, y antes de que la metamorfosis empiece y la oruga se convierte en polilla, las larvas se cuecen en agua hirviendo para retirar delicadamente el capullo.
Al final del proceso de enrollado, se juntan varios filamentos a la vez: cada capullo puede producir hasta unos 1500 metros de fibra.
Al final del proceso de enrollado se juntan varios filamentos a la vez: cada capullo puede producir hasta unos 1500 metros de fibra.
Los modos de producción de la seda son criticados por muchos activistas por los derechos de los animales, pues ahogar a los gusanos para que estos suelten los capullos resulta despiadado.
Hasta el mismo Mahatma Gandhi se pronunció fuertemente en contra de este método de obtención de seda. Sin embargo, si se permitiera que la polilla salga del capullo, la fibra se rompe, lo que desmejora la calidad de la materia prima.
Características de la seda
La sericina es soluble al agua y actúa como agente antibacteriano, antifúngico y antioxidante. Asimismo, posee propiedades en relación con la resistencia a los rayos ultravioleta o la absorción y liberación de humedad.
Las proteínas que conforman al capullo de la Bombyx mori han sido estudiadas tanto en el campo de la medicina como en la cosmética. Así sabemos que la fibroína presenta propiedades especialmente útiles y novedosas, por ejemplo:
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Su naturaleza proteica la hace biocompatible. El rechazo ocasional que se ha reportado en algunas suturas se atribuye a la contaminación de la fibroína con sericina.
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Es biodegradable. Se reabsorbe de manera completa en dos años
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Posee resistencia mecánica.
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Puede elaborarse en diferentes tipos de configuraciones materiales. Las presentaciones abarcan desde geles, películas y matrices porosas 3D hasta microfibras y microesferas
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Presenta una superficie altamente reactiva. Esta característica le permite unirse a péptidos, hormonas y factores de crecimiento.
Por todas estas condiciones, la seda tiene grandes ventajas comerciales sobre otras fibras naturales (como el algodón), y algunas fibras sintéticas, (como el kevlar 49). En general, supera en resistencia de tensión y elongación, además de ser menos densa.
¿De qué está compuesta la seda?
De acuerdo con una investigación realizada por la Universidad Pontificia Bolivariana, la fibra de seda se compone en un 97 % de proteínas y un 3 % de ceras, carbohidratos, pigmentos y compuestos inorgánicos.
La principal proteína en la fibra de seda es la fibroína. Compuesta por diversos aminoácidos, es una estructura lineal altamente orientada y cristalina, lo que le da su particular estructura a la seda.
La sericina, por su parte, es un “pegamento” proteico parcialmente hidrosoluble y de estructura globular, que sirve para unir las fibras entre sí. El gusano excreta dos filamentos de fibroína que unidos por la sericina constituyen la fibra empleada para formar el capullo.
El gusano excreta dos filamentos de fibroína, y unidos por la sericina, constituyen la fibra empleada para formar el capullo.
¿Qué usos se les da a la seda?
El tejido de la seda ha tenido multiplicidad de usos desde su descubrimiento en China, alrededor del 2600 a.C. hasta la fecha.
Se la ha utilizado con propósitos para la moda y accesorios, gracias a su suave textura y belleza. Actualmente, Francia e Italia lideran el mercado de la seda para uso textil.
Pero eso no es todo, la seda también sirve a propósitos que quizá no te imagines: por ejemplo, para la farmacología. Gracias a que los hilos son suaves, absorbentes y flexibles, vienen perfecto para la suturación de heridas. De allí que se utiliza tanto con fines quirúrgicos como farmacológicos.
También puede utilizarse para confeccionar sábanas, fundas de almohada (que previenen el maltrato y caída del cabello, e incluso se recomiendan para un descanso libre de ácaros y otros alérgenos), manteles, fundas de ropa y cobertores para mesas y otros muebles.
Cuidados a la seda
La seda teñida con colores debe lavarse en frío, sin frotar ni retorcer. Y si bien es un material resistente, se recomienda evitar la suciedad excesiva a fin de garantizar lavados ligeros. También es importante no dejarla en remojo.
La seda es un material resistente, sin embargo se recomienda no permitir que se ensucie demasiado, de forma tal que su limpieza solo requiera de un lavado ligero.
Cuando la tela es nueva, es normal que en el primer lavado destiña un poco. Pero no hay de qué preocuparse: es normal que esto suceda, ya que es pintura excedente del teñido. Luego, si querés que los colores vuelvan a tener un brillo vibrante y vivo, podés añadir algo de vinagre incoloro al proceso de enjuague.
Para secar una prenda de seda, se sugiere hacerlo sobre una toalla para remover el excedente de humedad. Para el planchado, se debe utilizar un artefacto limpio y en condiciones a una temperatura entre los 100 y los 160°C, sin presionar demasiado y por cortos lapsos de tiempo.
Si la seda fue teñida al vapor, evitá que las telas se toquen entre sí, ya que se pueden desteñir. En el caso de la ropa o fundas, se recomienda colocar una toalla entre capas, así se evita que los colores traspasen de una capa a otra.
La seda admite en seco, con excepción de los colores metálicos. No te recomendamos usar la secadora, ya que esto puede dañar las fibras.
Y por último, en cuanto al guardado, las prendas de seda no se deben doblar, ya que ello puede arrugar y debilitar las fibras. Enróllala en un tubo y almacénalas en un lugar seco, fresco, oscuro y lejos de los insectos. No usés bolsas de plástico, ya que evitarán que la tela respire.
Conclusión
La seda es uno de los tejidos más antiguos y preciados gracias a su flexibilidad, resistencia, suavidad y, sobre todo, belleza. Fue descubierta por los chinos hace más de 4.000 años, y se elabora a partir de un gusano llamado Bombyx mori.
Actualmente, se investigan otras formas de obtención de seda, como de ciertas arañas.
El uso de esta fibra natural no se reduce a la confección de ropa y accesorios para cama y muebles, sino que también tiene aplicaciones médicas, especialmente como filamento para suturar heridas. Gracias a sus componentes y propiedades proteicas, tiene beneficios para el cuidado de la piel y el cabello.
¿Tienes prendas y blanquería de seda? Cuidar de esta tela es sencillo, porque incluso admite limpieza en seco, si evitás que se ensucie demasiado.
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