“Llevaremos a cabo una concentración contundente. Ojalá podamos concientizar a los diputados y senadores, a los que aún les quede algo de lucidez. Debemos rechazar cualquier intento de obstruir el nuevo presupuesto universitario, y seguiremos en la calle para resistir a los embates del FMI y de este gobierno cachivache”, dijo Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros, durante el anuncio de una movilización al Congreso para el próximo jueves 12 originalmente contra el veto a la movilidad jubilatoria pero que le fueron sumando razones hasta convertirse en una protesta contra el brutal ajuste que viene llevando adelante el gobierno de Javier Milei. Además del sector combativo de la CGT que representan él y el bancario Sergio Palazzo, en tensión con el ala dialoguista, convocan las dos CTA y la UTEP. Una respuesta a la demanda que los dirigentes sindicales dijeron sentir desde las bases y desde la calle.
Cada vez más públicamente, Moyano viene mostrando su disconformidad con la pasividad del sector mayoritario dentro de la CGT que conforman los "gordos" e "independientes", que parecen haber conseguido una vía de comunicación con el Ejecutivo y se niegan a retomar el plan de lucha contra el plan de ajuste de Milei. Con diálogo fluido con las CTA, el camionero y Palazzo anunciaron su decisión de sumarse a una movilización para el jueves que viene. En la presentación, al repudio al veto a la ley de movilidad jubilatoria, le sumaron a las razones para la protesta el veto ya anunciado a la ley de financiamiento universitario que el Senado podría tratar esta semana y llamaron a los universitarios a sumarse a la marcha. "Convocamos a esta concentración a todos los argentinos y argentinas que consideren que estas políticas van en contra de sus derechos y su calidad de vida", sostuvo Palazzo.
Si bien Moyano sostuvo que participaba en nombre del Frente Sindical y no como co secretario de la CGT, su presencia hará ruido dentro de la central. "El consejo directivo no aprobó la participación en ninguna movilización", respondía uno de los integrantes de la mesa chica cegetista. El vínculo de la central con la Casa Rosada viene siendo motivo de tensión desde hace semanas. Cuando el co secretario Héctor Daer anunció que rechazaban la convocatoria a un diálogo tripartito lanzada por el secretario de Trabajo, Julio Cordero, daba la idea de una vuelta a las hostilidades, pero la cosa no pasó de ahí. "Los gordos y los independientes nombraron embajador de su 'causa', que son los fondos para las obras sociales, a Luis Barrionuevo. Nosotros decidimos no ir atrás de ellos", sostenía uno de los dirigentes que participó de la convocatoria.
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"Necesitamos que el movimiento sindical, y en eso quienes estamos acá, estamos absolutamente convencidos, empiece a dar respuesta, como lo venimos haciendo desde enero, que le demuestre a este gobierno que no estamos de rodillas y que no agachamos la cabeza", dijo el secretario de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, quien, como Palazzo, además es diputado. Por la CTA Autónoma habló su titular Hugo "Cachorro" Godoy: "Los jubilados y jubiladas, junto a las niñeces, son los sectores más perjudicados por esta política despiadada del gobierno de Milei”, planteó. Entre los motivos de la movilización sumaron también el DNU 70/2023, que sigue vigente en tanto ¿la Cámara de Diputados no vote su rechazo como ya lo hizo el Senado.
Moyano habló días atrás en El Destape radio de un estado de "movilización permanente" en rechazo a las políticas de Milei, pero aseguró que no había clima social para convocar a un tercer paro general contra el Gobierno. "Se va ir dando con los aumentos de tarifas, de servicios y de alimentos", imaginó. Hasta ahora, el referente de Camioneros siempre consideró un valor importante mantener la unidad de la CGT, aún con las diferencias notorias que mantiene con el ala dialoguista que integran Daer, Carlos Acuña, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri. Ellos negocian con Trabajo y están a la espera de que salga la reglamentación de la reforma laboral incluida en la ley Bases, que le prometieron que saldría atenuada. Mientras tanto, trabajadores y jubilados ven como su poder adquisitivo se diluye sin que se sienta en las calles.