Gustavo "Morola" González, el director de la murga baleada por la Gendarmería en la Villa 1.11.14, contó por primera vez cómo fue la represión con balas de goma y plomo que dejó una veintena de heridos (16 de ellos menores de edad) el 29 de enero.
"A mi hijo Jonathan, de 14 años, le arrancaron un pedazo de pierna con una bala de plomo, no era de goma, era de plomo", relató durante una entrevista publicada por Página/12. Su hijo permanece postrado y tiene, según explicó, varios meses por delante de rehabilitación.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
"Acá se tiene que hacer justicia, porque lo que pasó fue una locura", reclamó González, a cargo de Los Auténticos Reyes del Ritmo, la murga que el día del ataque de Gendarmería había reunido en la 1.11.14 a más 70 personas.
"Eran nueve y cinco, nueve y diez, cuando vimos doblar un móvil de la Gendarmería", contó. "Ellos vieron muy bien que los que estaban sobre la calle eran los chicos de la murga, pero avanzaron como si no estuvieran; nosotros le pedimos a los pibes que se corrieran, que los dejaran pasar, y ellos pasan, pero dos gendarmes que iban en el remolque, pararon, se bajaron y allí fue cuando empezó todo".
Según González, "el gendarme que disparó, cuando vio a los chicos que estaban bailando sobre la calle, se enojó y preguntó: '¿Qué pasa, son todos guapos?'". En el lugar de la represión "primero fueron dos, pero después aparecieron muchos más, de todos lados".
"Una verdadera locura, porque había 70, 80 chicos bailando en la calle, pudo haber sido una masacre. Hoy muchos chicos no quieren venir y algunos me dijeron los padres tienen pesadillas nocturnas, porque recuerdan lo que les pasó", señaló.