Las autoridades estadounidenses retiraron a migrantes de una ciudad fronteriza de Texas el domingo, donde miles de personas, en su mayoría haitianos, se habían reunido debajo de un puente después de cruzar el río Grande desde México.
Periodistas vieron un autobús blanco escoltado por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) que ingresaba al aeropuerto de Del Rio y luego un grupo abordando un avión de la Guardia Costera. Una fuente policial dijo que las personas eran migrantes y una fuente familiarizada con operaciones en el aeropuerto afirmó que la aeronave se dirigía a El Paso, Texas.
Mientras, Tom Cartwright, del grupo de defensa Witness at the Border, que rastrea los vuelos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), dijo a Reuters que el domingo tres vuelos salieron de Texas, uno de Laredo y dos de San Antonio, llevando haitianos hacia Haití.
Portavoces del ICE no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció el sábado que estaba acelerando las expulsiones a Haití, enviando más agentes de la CBP a la zona y otras medidas para abordar el desafío humanitario y político que plantean miles de personas que se refugian en condiciones cada vez más precarias debajo del puente que une Del Rio con Ciudad Acuña en México.
Funcionarios de ambos lados de la frontera han dicho que la mayoría de los migrantes eran de Haití.
Reuters vio a una docena de agentes de la ley en el lado estadounidense de la frontera el domingo, algunos en caballos. Un helicóptero del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) sobrevoló en círculos, y se colocó una cinta amarilla que decía "línea del alguacil no cruzar".
El haitiano Jean Agenord, su esposa chilena Makarena Vines y su hijo de 17 meses no pudieron cruzar el domingo. Agenord, descansando sus brazos sobre una caja de cartón, con los pies todavía en el agua, dijo a Reuters que la familia había gastado todo su dinero y no tenía un lugar para quedarse en México.
"No puedo cruzar aquí, no puedo cruzar allá", aseguró. "¿Qué voy a hacer?". La pareja consultó a los lugareños si conocían un lugar para quedarse en México y dijeron que intentarían cruzar nuevamente.
El terraplén del lado de México estaba esparcido de botellas de agua y cajas de comida para llevar, señales de las muchas personas que habían cruzado el río hacia Estados Unidos para esperar el proceso de inmigración. Los migrantes habían estado cruzando a México para comprar suministros para llevarlos al campamento debajo del puente, pero al parecer ya no podían hacerlo el domingo.
Acceso bloqueado
Reuters no pudo acercarse al área donde el alcalde de Del Rio, Bruno Lozano, apareció en un video el sábado por la noche que dice que poco más de 14,000 migrantes estaban acampando.
"El acceso está bloqueado" al río, dijo a Reuters el migrante haitiano Eddyson Langlais, de 24 años, por mensaje de texto el domingo por la mañana. "Ayer por la noche dieron agua y un pequeño refrigerio. No sé para hoy".
Muchos de los haitianos en la frontera que hablaron con Reuters afirmaron que habían dejado su atribulada patria e inicialmente se establecieron en Sudamérica. Se dirigieron hacia el norte más recientemente porque no podían obtener un estatus legal o luchaban contra el racismo y no podían encontrar trabajos decentes.
El DHS dijo el sábado que aceleraría los vuelos de migrantes a Haití y otros destinos durante las próximas 72 horas.
Agregó que las autoridades estadounidenses trasladaron a unas 2,000 personas a otras estaciones de procesamiento de inmigración el viernes y que dichas transferencias continuarán "para garantizar que los migrantes irregulares sean tomados en custodia, procesados y sacados rápidamente de Estados Unidos de conformidad con nuestras leyes y políticas".
El DHS aseguró también que trabajaba con los países donde los migrantes comenzaron sus viajes, que en el caso de muchos de los haitianos son Brasil y Chile, para que los aceptaran de regreso.
Cartwright, de Witness at the Border, planteó preocupaciones por el regreso de los migrantes a Haití. En julio, el presidente de la empobrecida nación fue asesinado y en agosto un gran terremoto y una poderosa tormenta azotaron el país. El COVID-19 también es motivo de preocupación, dijo Cartwright.
"Haití antes del terremoto no tenía un sistema de salud sólido", dijo. "Y el hecho de que enviemos a las personas de regreso, especialmente si no se han sometido a pruebas (contra el COVID) y no han dado negativo, sería una gran preocupación".
Con información de Reuters