Con un presidente poco popular en el poder, la izquierda chilena tomó la audaz decisión de enfrentarse a una derecha fortalecida en las elecciones presidenciales de este año con Jeannette Jara, militante del Partido Comunista.
Candidata de la coalición gobernante Unidad por Chile, Jara ha intentado ganarse a los votantes escépticos defendiendo su trayectoria como ministra del Trabajo que impulsó leyes populares sobre pensiones y una reducción de la jornada laboral durante el gobierno del presidente Gabriel Boric.
Pero Jara ha enfrentado a una ardua batalla. Aunque ganó por un estrecho margen la primera vuelta de noviembre, las encuestas sugieren que su rival de derecha José Antonio Kast triunfará en el balotaje del domingo, sumando los votos de otros candidatos de derecha que quedaron fuera de la carrera.
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Jara se ha visto lastrada por la impopularidad de Boric y su propia afiliación partidaria en un país que sigue atormentado por la dictadura de Augusto Pinochet que siguió al golpe de 1973 contra el presidente marxista elegido democráticamente Salvador Allende.
"Hay muchas historias que se tejen que son de tiempos de la Guerra Fría, que no tienen que ver con la situación actual", declaró Jara a Reuters en julio. "En Chile tenemos una profunda vocación democrática y de respeto a la institucionalidad".
Jara se unió al partido como líder estudiantil en la década de 1990 y operó entre el gobierno y el sector privado. Antes de ser ministra de Boric, trabajó en varios ministerios con la expresidenta socialista Michelle Bachelet.
CAMBIOS DE ENFOQUE
La campaña de Jara comenzó centrándose en sus planes para estimular el lento crecimiento económico y abordar las preocupaciones de larga data sobre la desigualdad de ingresos, que desencadenaron protestas generalizadas en 2019.
"Lo que no nos puede pasar es que dentro del mismo país siga habiendo dos Chile. Uno para los sectores que son más acomodados y otro para la gran mayoría", dijo en la entrevista de julio.
Pero, en un intento por ganarle terreno a Kast, también ha afirmado que tomará medidas enérgicas contra la delincuencia.
Si bien Chile sigue siendo uno de los países más seguros de Latinoamérica, el auge del crimen organizado provocó un alza en la tasa de homicidios y perjudicó el crecimiento económico, con un reciente aumento de incidentes de alto perfil como secuestros y asesinatos.
"Voy a usar todas las armas que nos dé el estado de derecho para resguardar la seguridad pública", dijo en el último debate televisado con Kast el martes por la noche, añadiendo que estaba preparada para declarar el estado de emergencia si fuera necesario.
Sin embargo, ha criticado a Kast y a otros candidatos de derecha -que atribuyen el aumento de la delincuencia al creciente número de inmigrantes- por algunas de sus políticas más duras, como la construcción de un muro fronterizo.
Sin importar las políticas de Jara, dada la impopularidad de Boric, "incluso si hubiera sido Bachelet en su mejor momento" habría tenido dificultades para ganarse el apoyo de los votantes, dijo Patricio Navia, profesor chileno de estudios liberales en la Universidad de Nueva York.
"Pero además, Jara es comunista, lo que lo hace más difícil (...). Su campaña no fue bien; empezó siendo muy pacifista y luego se volvió muy agresiva. Así que nunca supimos quién era Jara".
Con información de Reuters
