Obra hídrica en Formosa: el río Pilcomayo recarga un importante reservorio del Norte y crece la expectativa local

El gobierno provincial logró la recarga del reservorio San Martín Dos. Esto permite la distribución eficiente que beneficia a comunidades que la necesitan en sus actividades diarias y productivas.

17 de febrero, 2025 | 20.15

Gracias a las obras de manejo de recursos hídricos implementadas por el Gobierno provincial de Formosa, las aguas del río Pilcomayo comenzaron a recargar el reservorio de San Martín Dos, ubicado a más de 150 kilómetros del punto de captación. Este proceso es posible gracias a una compleja red de correderas, canales de conducción y terraplenes que optimizan el uso del recurso en un contexto de déficit hídrico histórico y temperaturas extremas en la región.

El administrador general de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), Javier Caffa, explicó que las aguas del Pilcomayo son conducidas desde el Proyecto Pantalón mediante un sistema de correderas fluviales hasta el Bañado La Estrella. En el paraje El Descanso, una obra de toma permite encauzarlas hacia el Río del Norte, desde donde recorren varios kilómetros hasta llegar a distintas localidades y parajes, incluyendo Posta Cambio Zalazar, Colonia Santa Rosa, Fortín Cabo 1° Lugones y Colonia El Ceibal, hasta alcanzar finalmente San Martín Dos.

Este sistema de gestión hídrica fue diseñado para maximizar el aprovechamiento del agua en una provincia donde las condiciones climáticas imponen un desafío constante para el abastecimiento del recurso. La construcción de infraestructuras como canales y terraplenes permite la distribución eficiente del caudal, lo que beneficia a comunidades que dependen de este suministro para sus actividades diarias y productivas.

Reservorio de agua San Martín 2

Es un cuerpo de agua artificial ubicado en la localidad de San Martín Dos. Su función principal es almacenar agua para el consumo humano y para el desarrollo de actividades productivas en la región. Se recarga principalmente a través del río del Norte, que a su vez se alimenta de las crecidas del río Pilcomayo. El sistema de recarga depende de las lluvias en la zona de las nacientes del Pilcomayo, por lo que su caudal puede variar según la temporada.

El reservorio San Martín 2 es una obra de gran importancia para la región, ya que garantiza el acceso al agua a varias localidades que antes no contaban con este recurso vital. Además, su existencia permitió el desarrollo de actividades productivas como la agricultura y la ganadería, que dependen del agua para su funcionamiento.

Por su parte, el río Pilcomayo también es conocido por sus crecidas que pueden ser significativas. Pueden causar inundaciones en las zonas aledañas, o también pueden ser aprovechadas con políticas públicas adecuadas. Estas crecidas, si bien pueden generar problemas, también son esenciales para la recarga de acuíferos y el mantenimiento de humedales en la región.

El río Pilcomayo es un recurso natural valioso para los países que atraviesa y es fundamental para el desarrollo social y económico de las comunidades que se encuentran alrededor. Nace en la Cordillera de los Andes, en Bolivia, y fluye a través de Bolivia, Argentina y Paraguay, donde finalmente desemboca en el río Paraguay. Tiene una longitud de aproximadamente 1.590 km y es un importante recurso hídrico para toda la región. 

El duro impacto del déficit hídrico sobre la producción agrícola

Frente al actual escenario climático de sequías y altas temperaturas que afecta a todo el país, el ministro de Producción y Ambiente de FormosaLucas Rodríguez, advirtió sobre las consecuencias que los períodos de déficit hídrico tienen sobre los sistemas productivos de la región, especialmente en la agricultura y la ganadería.

El funcionario señaló que, ante la desfavorable situación climática con escasez de lluvias y temperaturas superiores a los 40°C durante casi dos semanas, el sector productivo de Formosa enfrenta nuevamente severas restricciones hídricas. Explicó que superar estructuralmente esta problemática requiere "observar y comprender el régimen de precipitaciones promedio en cada región productiva y aprovechar el sistema de manejo de recursos hídricos de la provincia".

Rodríguez destacó la importancia de que los actores de la agricultura y ganadería, sobre todo en el oeste y centro-oeste, donde las diferencias entre estaciones secas y húmedas son más marcadas, realicen inversiones en infraestructura predial y tecnologías de captación, almacenamiento y distribución de agua para garantizar el abastecimiento necesario para cultivos y hacienda. Además, enfatizó que la inversión privada debe acompañar a la inversión pública y asumir el riesgo económico y financiero de invertir en medidas que reduzcan los riesgos climáticos asociados a las sequías.

En este sentido, resaltó el esfuerzo del Gobierno de Formosa a través del Plan Hídrico Provincial, que incluye obras de gran relevancia para el manejo del agua. Entre ellas, mencionó la canalización del Río Pilcomayo mediante el canal Farías y la monumental obra de la Ruta Provincial 28 en el Bañado La Estrella, que permite la regulación del recurso hídrico. Asimismo, se llevó a cabo la canalización y regulación con compuertas para abastecer a poblaciones y productores situados sobre la Ruta Nacional 86 y a la vera del Río del Norte, así como la reactivación de los riachos El Porteño, He-Hé y Monte Lindo.

El ministro también destacó la conducción de las aguas del Río Bermejo a través de los canales Santa Rita, que abastece a Ingeniero Juárez; El Aybal, que provee a Laguna Yema y Las Lomitas; Rivira, que llega a la misma ciudad; y Monte Lindo, que se extiende hasta Pirané. Estas obras estratégicas garantizaron el acceso al agua para un gran porcentaje de la población formoseña.

Inversiones en infraestructura tecnológica

Rodríguez subrayó la diferencia entre los productores que invierten en infraestructura hídrica y aquellos que dependen de las condiciones climáticas sin tomar medidas preventivas. Como ejemplo de casos exitosos, mencionó empresas como AgroCotton en Pozo del Mortero, PLP Group en General Mansilla, Adeco Agro en Presidente Irigoyen y Compañía General de Hacienda en Tres Lagunas. También destacó a los productores batateros y bananeros que operan sobre el riacho El Porteño, así como a los beneficiarios de programas de fortalecimiento de infraestructura para riego y los agricultores hortícolas del PAIPPA, quienes implementaron medidas para sostener e incrementar la producción.

Además, el ministro resaltó el trabajo de los productores ganaderos que desarrollaron obras de cosecha de agua, represas, perforaciones y sistemas de distribución mediante energía solar. En su análisis, insistió en que las diversas tecnologías disponibles requieren la decisión del sector productivo de invertir en soluciones para enfrentar eventos climáticos adversos como La Niña o los recurrentes baches forrajeros invernales en el territorio provincial.

Al concluir, Rodríguez mencionó las recientes declaraciones de productores que se sorprendieron por no haber podido realizar sus siembras o por la pérdida de cultivos en regiones como Los Chiriguanos, Laguna Yema o Pozo del Mortero. Explicó que esto ocurre porque las precipitaciones anuales promedio en esas áreas oscilan entre 400 y 500 milímetros, y el perfil de agua útil en el suelo no acumula suficiente humedad para abastecer cultivos como maíz, sorgo forrajero y pasturas implantadas.

El ministro enfatizó que, en este contexto climático, sin inversión en infraestructura hídrica, la producción agrícola está sujeta a grandes riesgos. También criticó a aquellos que, en lugar de asumir estrategias de adaptación, cuestionan la autoridad técnica y política mientras exigen mayores políticas de apoyo para el sector sin haber implementado medidas de mitigación.

Por último, Rodríguez recordó que en abril de 2024 el gobernador Gildo Insfrán firmó convenios con el Consejo Federal de Inversiones para ofrecer líneas de crédito destinadas a impulsar proyectos de riego y eficiencia hídrica, una herramienta que sigue vigente. Destacó que, en el subtrópico y en el actual contexto de cambio climático, el sector agropecuario debe incorporar estrategias de adaptación y realizar las inversiones necesarias para afrontar las causas de la crisis hídrica, en lugar de reaccionar ante sus consecuencias recurrentes año tras año.