La inflación en España alcanzó este mes su nivel más alto desde marzo de 1992, al registrar 6,7% interanual, según datos preliminares del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), motorizada sobre todo por el costo de la electricidad y los alimentos.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de España marcó este mes una acumulación anual del 6,7% ,continuando la aceleración que comenzó a principios del presente año e implicando un alza de más de un punto respecto al registro del mes anterior del 5,5%.
España únicamente había alcanzado dicha cifra en marzo de 1992 y en 1989, año en el que el país ibérico registraba una gran expansión económica luego de unirse a la entonces llamada Comunidad Europea.
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Asimismo, la variación mensual fue del 1,3%, un punto más que el 0,3% de noviembre.
Tras un 2020 donde el impacto de la pandemia en la economía causó un periodo deflacionario en los precios, la inflación española, al igual que en el resto de Europa, comenzó su repunte en febrero del corriente al situarse en un 0,5% anual, para luego superar la barrera del 2% en abril (la meta tradicional inflacionaria del Banco Central Europeo), la del 3% en agosto, 4% en septiembre, 5% en octubre y ahora la del 6%.
La electricidad fue el principal impulsor de los precios en diciembre, según indica el reporte del INE, y, en menor medida los alimentos, cuyos valores habían registrado un descenso en diciembre del año pasado.
Los alimentos y las bebidas no alcohólicas marcaron un incremento de 4,9% anual, con los productos elaborados alcanzando un alza de 3,5% y los no elaborados incrementándose en un 6,5%.
En tanto, si bien como se trata de un índice preliminar no se brindaron datos específicos del componente eléctrico, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España informó hoy que la factura de la luz de diciembre será la más alta de la historia del país, con un precio para un hogar promedio de 119,17 euros, implicando una suba de 19% respecto del mes anterior, y duplicando al precio de 2018.
La suba en los impuestos eléctricos se dan pese a las medidas del gobierno de Pedro Sánchez que dispusieron rebajas fiscales para disminuir el valor de la luz.
Si se tuviese en cuenta únicamente la inflación subyacente (es decir, sin los precios volátiles de los alimentos no elaborados ni los productos energéticos), la misma hubiera sido del 2,1% anual (casi cinco puntos por debajo del IPC general), aunque, de todas formas, con un alza de 0,4% respecto al mes anterior y marcando la cifra más alta desde marzo de 2013.
De esta forma, España no escapa a la espiral inflacionaria mundial: los precios de la eurozona se incrementaron en noviembre 4,9% (el nivel más alto desde que se introdujo la moneda única) y Estados Unidos, ese mismo mes, registró un alza de 6,8% anual, siendo la mayor suba desde 1982.
Falta de suministros como semiconductores, atrasos en los fletes marítimos, el aumento del precio de materias primas como el cobre y el acero, sequias que afectaron las cosechas de algunos alimentos, la escasez de mano de obra, el alto valor del gas y del crudo, son algunos de los factores interrelacionados que explican esta crisis.
El vocero del Partido Socialista (PSOE) en el Congreso, Héctor Gómez, consideró hoy al fenómeno como "coyuntural", aunque admitió que "se va a prolongar más de lo que quisiéramos todos", en diálogo con Televisión Española (TVE).
Con información de Télam