La economía de Estados Unidos creció menos de lo esperado en el cuarto trimestre del año pasado tras una revisión a la baja en los datos definitivos del Producto Bruto Interno (PBI).
La Oficina de Análisis Económico del Departamento del Comercio estadounidense (BEA) modificó el dato de 2,9% anual a 2,7% durante el periodo, debido a un menor crecimiento del proyectado originalmente para el componente del consumo, que, al igual que en otras economías, representa la mayor parte del PBI estadounidense.
La expansión económica de Estados Unidos al cerrar el año pasado si bien fue sólida, presentó los primeros signos de desaceleración en la demanda frente al endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal (FED) con el objetivo de bajar la inflación.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Si se quitan los componentes de intercambio, gasto público e inventarios, y se toma en cuenta únicamente las ventas finales hacia compradores privados domésticos ajustadas por inflación, el incremento fue de tan sólo 0,1%, la menor cifra desde la pandemia, según la agencia Bloomberg.
El gasto de los hogares, en tanto, marcó 1,4% anual en los últimos tres meses de 2022, y mostró un tercer trimestre consecutivo de caídas en el consumo de bienes durables como los autos.
La caída de la demanda, no obstante, será vista con buenos ojos por la FED que busca ralentizar la economía para bajar la inflación de forma consistente a lo largo del tiempo sin inducir una recesión, en una estrategia que denomina de aterrizaje suave.
No obstante, los últimos datos muestran que el consumo volvió a repuntar al comenzar este año, de la mano de un mercado laboral que presenta la menor tasa de desempleo en más de 53 años.
El mercado del trabajo también enciende las alarmas para la FED, ya que una oferta laboral ajustada como la actual donde existen casi dos puestos vacantes por cada desempleado- podría provocar presiones a los salarios y, por ende, a la inflación.
Los últimos datos apuntan a que a pesar de las olas de despidos recientes en sectores como el tecnológico, el empleo sigue gozando de buena salud.
En otro reporte, la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo informó hoy que las solicitudes de subsidios por desempleo cayeron la semana pasada.
En la semana que finalizó el 18 de febrero, cerca de 192.000 personas solicitaron nuevas prestaciones por desempleo tras haber sido despedidas, lo que significó una baja de 3.000 pedidos respecto de la semana precedente y la menor cifra en tres semanas.
Se trata de un número menor al esperado por los economistas de Wall Street que proyectaban 200.000 solicitudes, según la agencia de noticias Bloomberg.
El número es apenas un poco más elevado al piso histórico cifrado en 187.000 solicitudes, marca que se registró en 1969 y en diversas oportunidades durante el año pasado.
Por su parte, la información oficial indica que el promedio de pedidos en las últimas cuatro semanas -el cual permite atenuar la volatilidad propia de un índice semanal- subió ligeramente a 191.250 personas, mientras que la cantidad total de subsidios en curso cayó en 37.000 a 1,65 millones de personas en la semana que finalizó el 11 de febrero.
Es tal la preocupación de la FED por el mercado laboral que en las minutas de la última reunión monetaria de este mes que se publicaron ayer- diversos funcionarios comentaron que las empresas están haciendo todo lo posible para mantener a sus empleados debido a las dificultades para contratar, hecho que explicaría la baja cifra de solicitudes semanales pese a la incertidumbre económica actual.
Los funcionarios de la FED podrían apoyarse en estos datos laborales para resaltar la necesidad de continuar subiendo las tasas luego de la próxima reunión de marzo, comentó la economista Eliza Winger.
Con información de Télam