Antes del colapso, el CEO de SVB vendió millones de dólares en acciones del banco

11 de marzo, 2023 | 10.11

El CEO de Silicon Valley Bank (SVB), Greg Becker, vendió US$ 3,6 millones en acciones del banco dos semanas antes del colapso de la entidad que fue cerrado ayer por el Gobierno de Estados Unidos para proteger los depósitos de sus clientes y que será reabierto el lunes bajo control federal.

Becker vendió 12.451 acciones el 27 de febrero pasado, la primera vez que lo hizo en más de un año, según señalan formularios entregados a las autoridades reguladoras que fueron difundidos por la agencia de noticias Bloomberg.

El plan para vender las acciones había sido entregado poco más de un mes antes, el 26 de enero.

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Tanto Becker como SVB no respondieron hasta el momento a las consultas de la prensa respecto a esta venta de acciones y si la operación respondió o no de simplemente a una coincidencia temporal.

Los movimientos de Becker ponen otro elemento al escrutinio de SVB, banco que fue cerrado ayer por el Gobierno de Estados Unidos para proteger los depósitos de sus clientes y que será reabierto el lunes bajo control federal.

La entidad, fundada hace 40 años y reconocida por financiar a las empresas emergentes (startups) tecnológicas de Silicon Valley a las que los grandes bancos suelen ser reticentes a prestarles dinero, comenzó a sufrir una corrida el pasado jueves, tras concomerse una cartea de Becker a los accionistas de SVB en la cual indicó que el banco tuvo unas pérdidas de US$ 1.800 millones en el primer trimestre y que, frente a ello, planeaba una colocación acelerada de acciones de US$ 1.750 millones para sanear su posición de capital.

SVB se vio particularmente afectada por el cambio repentino en las condiciones monetarias estadounidenses: en 2021 las empresas apoyadas por firmas de capital de riesgo lograron financiarse por un récord de US$ 330.000 millones, en un contexto de tasas ultra-bajas por la FED.

El banco tomó miles de millones de dólares en depósitos y, confiado en que las tasas no cambiarían, colocó el dinero en bonos a largo plazo del Tesoro.

No obstante, con una inflación récord en 40 años, la FED dispuso uno de los ajustes monetarios más veloces de su historia, y los bonos perdieron buena parte de su valor.

Otro efecto de la suba de tasas fue el impacto en el sector tecnológico pues estas empresas –especialmente en sus primeras fases de desarrollo- son las que más precisan de financiamiento barato para solventar un crecimiento que no es rentable en sus primeros años. Sin financiamiento, necesitan retirar sus ahorros de los bancos.

En un efecto dominó, la suba de tasas provoco una caída de los depósitos de SVB y el banco tuvo que vender a pérdida sus devaluados bonos.

Tras conocerse la carta de Becker, comenzó una corrida bancaria en la cual inversores y ahorristas intentaron extraer US$ 42.000 millones en menos de 24 horas.

El retiro fue impulsado por las propias firmas de capital de riesgo que aconsejaron a las startups retirar los fondos del banco ante el riesgo de insolvencia, pese a los pedidos de calma de Becker a los grandes clientes del banco.

En el momento de su cierre por parte de las autoridades federales el viernes el banco registraba un balance negativo de US$ 958 millones.

De acuerdo al Departamento de Protección Financiera e Innovación de California (DFPI) –autoridad que dispuso su cierre- la corrida “provocó que el banco se vea incapaz de pagar sus obligaciones”.

La caída de SVB es el mayor fracaso en el sistema financiero de Estados Unidos desde la crisis de Lehman Brothers de 2008, ya que es el banco número 16 en tamaño de aquel país, con US$ 209.000 millones en activos totales a fines de 2022.

Ahora el mercado teme por un efecto contagio en otras entidades bancarias: en particular, la mira esta puesta en los medianos y pequeños bancos que quedaron fuera del radar de la FED y que tomaron posiciones más riesgosas respecto a los grandes jugadores.

En 2018, la administración de Donald Trump revirtió parte de las fuertes regulaciones impuestas por la crisis de 2008 para estos pequeños bancos, elevando de US$ 50.000 millones a US$ 250.000 millones en activos el requisito para calificar como banco “sistemáticamente importante”, categoría que, por ejemplo, obliga a pruebas de estrés financiero anuales.

En tanto, entre las startups clientes de SVB existe preocupación por no poder pagar sus salarios desde la próxima semana.

Es que Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), autoridad federal que será depositaria de los fondos del banco, prometió el acceso el lunes a los depósitos asegurados, pero esta protección solo abarca a los que son menores de US$ 250.000, porcentaje minoritario entre los clientes del banco.

Con información de Télam