El Gobierno de Javier Milei ratificó su rumbo en materia deportiva. El Presupuesto 2026 aprobado en la Cámara de Diputados confirma un nuevo ajuste en deportes, con recortes reales en becas, clubes de barrio y políticas de base. Aunque algunas partidas ganan un mínimo peso porcentual, el financiamiento total vuelve a caer y profundiza una tendencia que ya se sintió con fuerza en 2024 y 2025.
El pasado 1 de octubre, el Secretario de Hacienda, Carlos Guberman, había tomado la posta en lugar del ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, y presentó el proyecto del presupuesto en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados. Eran otros tiempos para el gobierno libertario, con José Luis Espert comandando la comisión, pero con un eje claro: saquear el financiamiento deportivo, que va en línea con una transferencia de riqueza de pobres hacia ricos. Aquellas ideas, se plasmaron dos meses y medio después, cuando Disputados aprobó por mayoría el presupuesto este miércoles 17 de diciembre.
Presupuesto 2026: el deporte sigue perdiendo recursos
Según un análisis de el Think Thank Táctica, laboratorio del deporte argentino, una organización dedicada a analizar el deporte, el Presupuesto 2026 muestra una continuidad clara del modelo de ajuste aplicado desde el inicio de la gestión de Milei. En términos reales, los fondos destinados al área deportiva caen un 8% interanual. Si la comparación se realiza con el último presupuesto aprobado antes del cambio de gobierno, el de 2023, la reducción alcanza un contundente 66%.
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Todo esto, tomado en términos reales, fue realizado también en función de la inflación prevista por el Gobierno, establecida de manera extravagante en torno al 10% para 2026. En caso de no cumplir con esa meta y que la inflación sea mayor, el ajuste y el deterioro en relación a años anteriores serán aún mayores.
La baja no es un dato aislado ni antojadizo, sino parte de una reconfiguración del gasto público que relega al deporte dentro de las prioridades del Estado nacional. El recorte impacta tanto en el deporte social como en el alto rendimiento, dos pilares que históricamente sostuvieron la política deportiva argentina. El ajuste no comenzó en 2026. Durante 2024, el presupuesto destinado a deportes sufrió una reducción real cercana al 65%, en línea con la política general de recorte del gasto. Ese año se desfinanciaron programas clave y se vaciaron estructuras que sostenían la práctica deportiva en todo el país.
Entre las medidas más significativas se destacaron la versión reducida de los Juegos Nacionales Evita, la eliminación del programa Hay Equipo, que garantizaba el acceso a clubes para chicos y chicas de sectores vulnerables, y el fuerte recorte al apoyo económico para clubes de barrio y municipios.
Para 2025, lejos de recomponer partidas, el Gobierno optó por sostener ese piso ya recortado. En la práctica, significó consolidar el ajuste y trasladarlo al año siguiente sin cambios estructurales.
Becas deportivas y alto rendimiento: menos apoyo, menos futuro
El ajuste también golpea al deporte competitivo y al alto rendimiento. Para 2026, el Estado prevé otorgar 978 becas a deportistas e instructores, números que muestran un retroceso respecto a julio del 2024, cuando se realizaron los Juegos Olímpicos de París, en el que 1.189 los deportistas y entrenadores de alto rendimiento recibieron becas por parte del ENARD.
Si bien el presupuesto incluye metas como el alojamiento de atletas en el CeNARD, la provisión de raciones alimentarias y prestaciones médicas, el volumen total de beneficiarios es menor al registrado en 2023. Esto anticipa un escenario de menor acompañamiento a quienes representan al país en competencias nacionales e internacionales.
Clubes de barrio: la motosierra llega al territorio
Uno de los puntos más críticos del Presupuesto 2026 es el destino de los fondos para clubes de barrio y de pueblo. El proyecto, aprobado en primera instancia en Diputados, prevé apenas 250 millones de pesos para todo el año, una cifra que representa un 78% menos que en 2025 y un 98,6% menos que en 2023.
La consecuencia es directa: menos actividades, cierre de disciplinas, deterioro edilicio y mayor presión sobre instituciones que cumplen un rol social clave en los barrios. Sin el acompañamiento del Estado, muchos clubes quedan librados a cuotas sociales que gran parte de la población ya no puede afrontar. Otro apartado que el Gobierno destaca es el aumento porcentual de algunas partidas dentro del total del presupuesto deportivo. El apoyo a federaciones pasa del 4,8% en 2023 al 8,6% en 2026, mientras que el mantenimiento de predios deportivos sube del 7,4% al 18,9%.
Sin embargo, estos incrementos son engañosos. En términos reales, ambas partidas sufren recortes: el apoyo a federaciones cae un 39% y el mantenimiento de predios un 12% respecto de 2023. Es decir, ganan peso relativo porque el resto del presupuesto se achica aún más.
Menos metas, menos alcance social
El Presupuesto 2026 también expone una reducción en las metas oficiales del área. El Gobierno proyecta organizar juegos deportivos para poco más de 10.000 participantes y brindar asistencia edilicia a solo cinco instituciones en todo el país. En cuanto a los Juegos Evita en particular, el gobierno redujo 40 disciplinas de la competencia respecto a lo que era hasta 2023, lo que implica que miles de chicos, sobre todo en el interior del país, no tengan ningún tipo de participación ni desarrollo.
En comparación con 2023, desaparecen objetivos vinculados a la asistencia técnica a clubes y ONG, la promoción de actividades recreativas masivas y el acompañamiento a deportistas en etapas formativas. El alcance social del deporte se reduce de manera explícita. Desde Táctica, laboratorio del deporte argentino, advirtieron que el ajuste no distingue niveles ni territorios. “No existe un plan deportivo. Se vacía tanto al deporte de base como al alto rendimiento”, señaló Sergio Palmas, referente del espacio y ex subsecretario de Deportes de la Nación.
El impacto, de acuerdo a dicha organización, será escalonado: primero en los clubes y barrios, luego en el rendimiento internacional y, a largo plazo, en la salud y la inclusión social de millones de argentinos que encuentran en el deporte una herramienta clave de contención y desarrollo.
"La desinversión en deporte es tan grande desde 2024 a esta parte, y por lo que se ve para el 2026 inclusive, que las consecuencias van a ser atroces. Tanto en deporte social, como en clubes de barrio como polideportivos municipales y los Juegos Evita, y también para el deporte federado", cerró Palmas.
