José Ignacio Rodríguez, conocido como “Chango” para sus seguidores y el público del folklore argentino, fue una figura clave en la música nacional durante los años 60. Nacido en la capital de Córdoba, escribió canciones que aún hoy resuenan, como “Vidala de la copla”, “De Alberdi”, “De mi madre”, “De Simoca” y, probablemente, la más recordada: la zamba “Luna cautiva”.
La voz del propio Chango es la fuente principal para entender el significado de esta canción, aunque con el tiempo se interpretó en distintas versiones. Algunos la recuerdan con el estilo de Los Chalchaleros, otros con la emotiva voz de Jorge Cafrune. Más recientemente, Soledad Pastorutti y Raly Barrionuevo la interpretaron en el concierto por los 20 años de carrera de La Sole en el Festival de Cosquín, manteniendo viva su esencia.
“Luna cautiva” nació en un momento de transición dentro del folklore, donde la poesía costumbrista comenzaba a dar paso a una expresión más centrada en el ser humano y sus vivencias. La canción logra combinar imágenes sencillas con un significado profundo, usando metáforas como grillos, oscuridad, rejas y la figura de la luna para expresar un pesar oculto.
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La letra narra la historia de un hombre que vuelve tras una larga ausencia, usando imágenes como la calandria y el vendaval para reflejar su estado. En el estribillo, el protagonista le pide a su amada que se acerque a la reja porque está preso, y que le deje un beso antes de partir: “Tu amor es una estrella con cuerdas de guitarra, una luz que me alumbra en mi oscuridad. Acércate a la reja, sos la dueña de mi alma. Sos mi luna cautiva que me besa y se va”.
La cárcel, el escenario para crear una zamba histórica
La historia detrás de esta zamba es tan intensa como su letra. Chango Rodríguez estuvo preso entre 1963 y 1967 en la cárcel de San Martín, donde incluso se casó con su esposa, Lidia Haydée Margarita Bay, conocida como “La Gringa”. El matrimonio se celebró dentro del pabellón 11, y Lidia luchó incansablemente por su libertad, reuniendo firmas que finalmente lograron su indulto por parte del presidente de facto Juan Carlos Onganía.
El encarcelamiento se debió a un trágico incidente ocurrido durante un asado el 11 de diciembre de 1963 en Unquillo, Córdoba. Tras una discusión por un dinero faltante y acusaciones sobre la autoría de canciones, Rodríguez buscó un arma para amedrentar a su compadre Juan Álvarez. En un forcejeo, se produjo un disparo que terminó con la muerte de una persona ajena, y no de su esposa, quien estaba presente. Este hecho fue clave en el juicio que lo condenó a 12 años por homicidio simple y abuso de arma.
Además de Chango, otras personas fueron imputadas por lesiones y defraudación relacionadas con el dinero desaparecido. El alcohol y las tensiones de la reunión habrían contribuido a la escalada del conflicto, según distintas versiones sobre el incidente. En prisión, Chango Rodríguez no dejó de crear. El 8 de enero de 1965, vestido con frac negro, camisa y moñito, se casó con Lidia en la cárcel. Durante esos años compuso alrededor de sesenta canciones, entre ellas “Luna cautiva”, que interpretó por primera vez en su voz en una entrevista con el Canal 10 de Córdoba poco antes de ser liberado.
Finalmente, el 11 de septiembre de 1968 salió en libertad, vistiendo el mismo traje que usó para casarse. Las imágenes de ese día, recuperadas por la Universidad Nacional de Córdoba, muestran a Chango sonriente, abrazado a su esposa. Un año después, la zamba ya formaba parte del disco “Este destino cantor” de Jorge Cafrune, y desde entonces se convirtió en un clásico del folklore argentino. La versión de Los Chalchaleros se volvió casi un estándar para quienes aprendían a tocar la guitarra y cantar folklore, aunque pocos conocen la historia detrás de la canción.
