En la provincia de Santa Fe circula desde hace años una historia que despertó curiosidad, discusiones y hasta temor: la de las hamacas que, aparentemente, se mueven solas en plazas públicas. El caso se transformó en un fenómeno cultural y con distintas interpretaciones que van desde lo sobrenatural hasta lo científico.
El episodio más conocido tuvo lugar en la ciudad de Firmat, al sur de la provincia. Allí, vecinos comenzaron a notar que una hamaca de una plaza se balanceaba sin que hubiera personas cerca ni condiciones climáticas evidentes que lo explicaran. El detalle que más llamaba la atención era que, mientras esa hamaca se movía de forma constante, las otras permanecían completamente quietas. Alguien grabó la escena y el video empezó a circular, primero a nivel local y luego en todo el país, convirtiéndose en una rareza que despertó todo tipo de comentarios.
A partir de esas imágenes, surgieron relatos y explicaciones de carácter paranormal. Algunos vecinos asociaron el movimiento con la supuesta presencia del espíritu de un niño, una idea que se difundió rápidamente y terminó formando parte de una especie de leyenda urbana. Este tipo de interpretación encontró eco en quienes creen que ciertos lugares conservan energías o presencias vinculadas a hechos del pasado, y la plaza pasó a ser vista, por algunos, como un espacio “especial”.
Una mirada científica de las hamacas que se mueven solas
Sin embargo, no todos aceptaron esa explicación. Con el paso del tiempo aparecieron miradas más racionales, centradas en la física y en factores ambientales. Especialistas y divulgadores señalaron que pequeños movimientos de aire, imperceptibles para las personas, pueden ser suficientes para poner en movimiento una hamaca si su diseño, peso o forma la hacen más sensible. También se mencionó la posibilidad de vibraciones del suelo, diferencias en las cadenas o incluso una leve pendiente que favorezca el balanceo sostenido.
El interés por el tema hizo que el caso trascendiera y que se registraran situaciones similares en otras localidades santafesinas, donde nuevamente videos mostraban hamacas moviéndose solas. Más allá de cuál sea la explicación correcta, lo cierto es que las hamacas que se mueven solas se convirtieron en parte del imaginario colectivo de la provincia.
