En la cordillera Sawtooth en el centro del estado de Idaho (noroeste de Estados Unidos) se originó un sismo de una magnitud 6.5 el 31 de marzo, el segundo más fuerte jamás registrado allí. El área no ha dejado de temblar, y experimentó 211 sismos de magnitud 3,0 o superior hasta el 24 de junio, según el Servicio Geológico de EEUU —USGS, por sus siglas en inglés—.
Los geólogos comenzaron a investigar el fenómeno desde el primer día en la zona, que se caracteriza por tener una corteza terrestre que se rompe constantemente en múltiples lugares, lo que crea habituales fallas geológicas durante largos períodos de tiempo.
En geología, las fallas son las fracturas que se generan a partir del movimiento de las placas tectónicas. "La mayoría de esas fallas son muy antiguas, y ya no se mueven", dijo a Idaho Statesman Glenn Thackray, geólogo y profesor de la Universidad Estatal de Idaho especializado en el estudio de fallas geológicas.
Según Thackray, hasta ahora se creía que la falla que pudo haber provocado el terremoto "estaba apagada", pero que "podía llegar a no estarlo". Dicha fractura de la corteza terrestre se tiene una longitud de 65 kilómetros que corre de norte a sur desde el lago Stanley hasta el Alturas, a 26 kilómetros del punto de origen del sismo.
Para el sismólogo Dylan Mikesell, la falla de Sawtooth se extiende más al norte de lo que se creía, posiblemente alcanzando el punto de origen del terremoto del 31 de marzo, según dijo al mismo medio.
Actualmente, los geólogos se encuentran investigando qué originó el temblor, y si ocurrió porque la falla Sawtooth es efectivamente más larga de lo que se creía, o si el temblor se replicó en fallas aledañas cuya existencia no se conoce aún.
Pero ¿por qué sigue temblando? Las réplicas de un terremoto son habituales. Pueden durar días, meses y a veces incluso años, aunque depende de cuán grande sea la falla que originó el terremoto inicial.