Coronavirus: Descubren que las partículas en el aire de las heces también contagian

A más de 9 meses de la aparición del virus, los científicos determinaron un nuevo foco de contagio y es bastante asqueroso.

09 de septiembre, 2020 | 10.06

La pandemia de coroanvirus no deja de amenazar al mundo entero y su facilidad de contagio lo hace difícil de controlar. Ahora, un estudio afirma que las partículas que se desprenden de las heces también pueden infectar.

Tirar a cadena o apretar el botón del inodoro luego de ir al baño puede convertirse en un foco de contagio, según determinó una investigación realizada en China. Es que las partículas que se desprenden de las heces en ese proceso pueden contagiar.

Estas micropartículas, que forman parte de la familia de los bioaerosoles, se separan de las heces y logran subir por las tuberías o esparcirse por el baño si no se evacuan los desechos con la tapa del inodoro abierta.

Lo que era una sospecha fue comprobado en un estudio realizado por los investigadores Kang Min, Wei Jianjian y Yuan Jun. Los especialistas analizaron la distribución temporal y espacial de tres familias contagiadas en un edificio de departamentos de gran altura y evaluaron diversas variables ambientales para comprobar el efecto de los aerosoles fecales.

De acuerdo con el estudio, que fue publicado en la revista Annals of Internal Medicine, nueve personas se contagiaron de COVID a través de esa vía en distintos pisos del edificio. Allí también se estudió a 193 residentes y 24 trabajadores de la administración, que dieron negativo.

“Cuando alguno de los pacientes usó el retrete y tiró de la cadena, el desagüe de la bañera en el mismo cuarto de baño podría haber permitido a los bioaerosoles portadores del virus volver a filtrarse en el ambiente y en otras habitaciones conectadas con el sistema de drenado”, señaló el informe.

No obstante, las partículas no sólo podrían reingresar al mismo ambiente, sino que podrían viajar hasta pisos superiores mediante las tuberías de drenaje, en lo que denominaron un "efecto chimenea".

El estudio contempló casos entre el 26 de enero y 13 de febrero de 2020. Una de las familias presentaba antecedentes de viaje a Wuhan, epicentro del coronavirus, en tanto que las otras dos sufrieron los síntomas posterior mente y no tenían nexo epidemiológico. Tampoco se encontró evidencia de transmisión a través del ascensor o lugares comunes del edificio.

Sin embargo, sí se pudo observar que las tres familias vivían en departamentos de distintos pisos que se encontraban alineados de forma vertical y conectados por los drenajes del baño principal. “Los bioaerosoles de un tamaño suficientemente pequeño pueden haber sido transportados por el aire a través de las tuberías y los conductos de ventilación durante horas y haber sido succionados en otros cuartos de baño cuando se cumplieran unas condiciones adecuadas”, aseguró el estudio.

Y agregó: “Tanto las infecciones observadas como la ubicación de las muestras ambientales positivas son consistentes con la propagación vertical de aerosoles cargados de virus a través de estas pilas y conductos de ventilación”.