Cuba se convirtió en el undécimo país en ratificar el convenio constitutivo de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE). De esta manera, el organismo alcanzó la cifra de naciones necesarias para constituirse de manera formal y tendrá 30 días para entrar en vigor. A su vez, se estima que su sede estará en la Universidad Aeronáutica de Queretaro. La adhesión cubana se suma a las de Antigua y Barbuda, Belice, Dominica, México, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Venezuela. Si bien la ALCE fue fruto de las negociaciones argentinas y mexicanas en el contexto de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños entre 2020 y 2021, el cambio en la política internacional tras la asunción de Javier Milei debilita las capacidades científicas y tecnológicas de la Agencia. Incluso, tampoco se encuentran Brasil, Bolivia, Chile y Colombia, naciones más alineadas con la perspectiva de integración regional.
“Para Cuba, poder contar con este nuevo instrumento es muy importante en el sentido de su capacidad productiva y de su economía. Pensar en el impacto que puede tener en la agricultura y en el desarrollo del país contar con un sistema de información, una base de datos y todo lo que pueda proporcionar esta Agencia. La ALCE tuvo su base en la CELAC, y es una política consensuada de Cuba el apoyo a todo lo que signifique integración latinoamericana”, sostuvo Marcos Rodríguez Costa, embajador cubano en México, durante el acto de ratificación.
La Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio es el primer proyecto de cooperación entre países de la región para explorar el espacio de forma conjunta. Entre sus objetivos se destacan la exploración y la utilización pacífica del espacio ultraterrestre y la Luna, el fortalecimiento de las capacidades espaciales de los Estados miembros, el desarrollo de tecnología satelital propia y la coordinación de esfuerzos en casos de emergencias y desastres naturales causados por el cambio climático.
Entre sus propósitos iniciales, la ALCE se propone desarrollar un sistema de alerta temprana para la prevención de desastres causados por fenómenos naturales y antrópicos, a partir del intercambio de datos satelitales y la adopción de metodologías y herramientas comunes que puedan ser empleadas en la región.
Si bien 20 países firmaron su convenio constitutivo, todavía quedan algunos sin ratificar como Argentina, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá y Perú. Además, las ausencias de Brasil, Chile y Colombia (en especial las dos primeras), habilitan la pregunta sobre el para qué de la Agencia, si sus miembros con más capacidades científicas y tecnológicas no están presentes.
Más allá del giro político argentino, que le quita fuerza a la Agencia regional, lo cierto es que solo seis de los 33 países que conforman la CELAC cuentan con agencias espaciales gubernamentales. Mientras que un puñado tiene o planea desarrollar infraestructura espacial, para la mayoría es un tema que ni siquiera figura en agenda a largo plazo. Sin embargo, la única manera de pensar en desarrollos similares a las potencias extranjeras es a través de la suma de presupuestos provenientes de los distintos países.
Por su parte, parece que Brasil y Chile se separan del resto para trabajar entre ellos. En un encuentro realizado a principios de agosto, Gabriel Boric y Lula da Silva firmaron un Convenio de Cooperación Espacial para Fines Pacíficos. El acuerdo apunta a intercambiar información en ciencia, tecnología e innovación, así como impulsar actividades, proyectos de desarrollo colaborativo de interés común y formación de recursos humanos especializados en la materia.
Aunque el presidente brasileño sostuvo junto a su par chileno que “la cooperación entre los países del hemisferio Sur puede revertir la desventaja que hay respecto a los desarrollados realizados por los principales actores espaciales”, por ahora no muestra indicios de un acompañamiento al proyecto latinoamericano y caribeño.
Con información de la Agencia de Noticias Científicas