Las últimas semanas fueron pródigas en titulares climáticos catastróficos. En el Noroeste de los Estados Unidos y Canadá se registraron las temperaturas más altas de la historia. En China y Alemania hubo inundaciones que ocurren una vez cada varios siglos o una vez en un milenio. El Paraná está viviendo una bajante que podría llegar a ser la mayor en 140 años. La Oficina Meteorológica del Reino Unido acaba de dar a conocer su Estado del Clima y afirma que 2020 fue el tercero más cálido, el quinto más húmedo y el octavo con más días de sol que se hayan registrado. Según este trabajo, no hay otro año que se encuentre en el top ten de los tres criterios al mismo tiempo. Los expertos afirman que en las últimas tres décadas ese país se volvió un 6% más húmedo y su temperatura media ascendió 0,9 grados. A propósito de estos números, el meteorólogo Mike Kendon declaró: “Muchos piensan que el cambio climático es algo del futuro, pero esto prueba que el clima ya está cambiando”.
Sobre este telón de fondo, representantes científicos y políticos de 195 países están reunidos (por primera vez en forma virtual) para hacer la más profunda revisión y puesta al día de las últimas evidencias sobre el calentamiento global que se haya realizado desde 2013. La copresidenta del Grupo I, encargado de la elaboración de este documento, que será la base de las deliberaciones de la 26ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26), a realizarse entre el 1º y el 12 de noviembre en Glasgow, Escocia, es la meteoróloga y viceministra de Ciencia de nuestro país, Carolina Vera.
“Ya se elaboraron y aprobaron varios informes, algunos enfocados en los océanos, otros, en los eventos extremos… pero el corazón del IPCC son los tres reportes generales, como se los llama –explica Vera–. Este es el del Grupo de Trabajo I, que tiene que ver con las bases físicas del cambio climático, pero también están en elaboración los otros dos (el del Grupo de Trabajo II, sobre impactos y adaptación; y el del Grupo III, sobre mitigación). Esos últimos se van a aprobar en 2022”.
El proceso empezó hace dos años. Fueron seleccionados más de 300 autores de distintas partes del mundo y, como es habitual, tuvo varios procesos de revisión. En estas dos semanas, en las que se suceden reuniones desde la una de la mañana hasta las 11 de la noche, se aprobará el “resumen para tomadores de decisión”.
A propuesta de los investigadores, los gobiernos primero aprueban el esqueleto de lo que se va a tratar. “En este caso, son 12 capítulos que van haciendo una evaluación de toda la literatura científica que tiene que ver con el estado actual del sistema climático, en qué situación se encuentran los distintos factores que influyen en el clima, tanto los naturales como los causados por las actividades humanas –explica Vera–. Analizan también el estado de grandes indicadores: cómo está el calentamiento global (seguramente se va a dar un nuevo número de aumento de las temperaturas medias y las proyecciones futuras) para la atmósfera, los océanos, los hielos, la tierra”.
Y enseguida agrega: “Este reporte para mí tiene dos aspectos destacables: uno es que analiza un gran volumen de estudios que permiten sacar más conclusiones sobre la influencia humana en los distintos componentes del sistema climático. También creció muchísimo la información en escala regional”.
Hoja de ruta
Como en los análisis previos, se pondrá la lupa en lo que se llama el problema de “atribución”; es decir, el papel de la humanidad en esta crisis. Habrá un capítulo sobre los eventos extremos: las tormentas, inundaciones y sequías, y otros fenómenos de baja probabilidad, pero alto impacto. Y también se analizará nueva información sobre el aumento del nivel de los mares, y el estado del Ártico y la Antártida, así como las posibilidades (o no) de alcanzar las metas acordadas en París.
El trabajo ofrecerá información detallada de las diferentes regiones con una novedad: un atlas interactivo, validado por el organismo, en el que los interesados podrán construirse sus propios mapas de proyecciones para las distintas áreas y variables. “Es una herramienta que no existía hasta ahora –aclara Vera– y tiene mucho valor para países que no cuentan con una comunidad científica capaz de desarrollar estos recursos”.
En este reporte participan seis autores-coordinadores de la Argentina, un número relativamente alto, dado que en general prevalecen los de países desarrollados. Así como en el informe de 2013 se llegó a la conclusión de que los humanos somos la fuerza dominante que lleva al calentamiento global, se sentaron las bases para el Acuerdo de París y la meta de mantenerlo por debajo de dos grados (preferiblemente, de un grado y medio), se espera que éste ofrecerá el insumo para que se alcancen otros acuerdos fundamentados en la ciencia. Las conclusiones se darán a conocer a partir del 10 de agosto.
Creado en 1988, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) tiene la misión de asistir a los políticos con evaluaciones cada seis o siete años acerca del conocimiento científico, el impacto y las opciones potenciales para enfrentar esta amenaza. Se espera que este nuevo reporte será una llamada de atención para los gobiernos e incluirá una “hoja de ruta” de unas 40 páginas para los tomadores de decisión.