La familia de un hombre que murió por COVID-19 recurrió a la justicia a finales de junio para reclamar que les habían entregado las cenizas de alguien que había fallecido en el mismo sanatorio de la Ciudad de Buenos Aires pero a causa de un infarto.
Los cuerpos de ambos hombres, Shattner y Ribaltowski, fueron depositados en la morgue del Sanatorio Otamendi, el primero para ser cremado de acuerdo al protocolo establecido por la pandemia de coronavirus y el segundo, para ser enterrado por sus familiares más cercanos dadas las restricciones durante la todavía persistente cuarentena.
Pero el personal de la cochería Belgrano que fue a retirar el cuerpo de Shattner se equivocó y tomó el de Ribaltowski en vez. Luego se procedió a cremar el cuerpo de Ribaltowski y a entregarlo a la familia "con el certificado médico de defunción y el certificado de cremación correspondiente a Shattner", según informó Minuto Uno.
"En efecto, los restos de Ribaltowski fueron cremados y los restos de Shattner permanecen en la morgue del Sanatorio Otamendi", consta también en el pedido del juez al Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para que se emita una nueva licencia para la correcta inhumación de los restos de Shattner.
"La nueva emisión permitirá a los familiares canalizar por las vías administrativas pertinentes, aquellas cuestiones vinculadas a la disposición del cuerpo" del hombre, mientras que las cenizas de Ribaltowski ya fueron retiradas del Cementerio de la Chacarita.