El Gobierno volvió a mostrar su incapacidad para contener una corrida cambiaria, lo que acelerará la inflación y cerrará por encima del 30% para fin de año. La falta de resultados de Cambiemos cansó a algunos grandes inversores, que decidieron volcarse al dólar.
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El presidente del Banco Central, Luis Caputo, no supo contener la tercera disparada del billete estadounidense del año. La mesa de dinero que maneja en el Banco Central vendió el viernes U$S 150 millones de los prestados por el FMI al comienzo de la rueda, pero debió luego desprenderse de otros U$S 300 millones de las reservas. Aun así, el tipo de cambio escaló 80 centavos y cerró a $ 29,40 en el Banco Nación, lo que equivale a una devaluación que ya supera el 55% en lo que va del año.
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El mercado no espera una recuperación del peso, sino más bien lo contrario. En los contratos a futuro en el Rofex la cotización cerró a $ 34,06 para diciembre. Esto quiere decir que se proyecta un incremento del 80% de la divisa para todo 2018.
La consultora internacional Fitch coincide con este análisis, que en su último informe evalúa que el peso se debilitará en los próximos meses. “No vemos al Banco Central fervientemente opuesto a la depreciación, pero más bien preocupado en manejar la volatilidad, por lo que esperamos que no mantenga sus intervenciones agresivas”, previó.
Dado que los productos esenciales de la canasta son exportables en Argentina, esto redundará en una mayor pérdida en el poder adquisitivo de los trabajadores, luego de que muchos sindicatos acataran el techo paritario del 15% impuesto por el Gobierno, y que ahora se elevará sólo un 5% adicional. Otros, como los docentes, tendrán un peor pasar, dado que muchas provincias se negaron aún a proponerles una suba que al menos emparde con la inflación.
“La inflación todavía no tocó techo porque mientras siga habiendo devaluación, esto impactará en nuevas oleadas de aumentos”, graficó Martín Kalos. El economista de EPYCA proyectó que el alza de precios supere el 30% interanual en los próximos meses.
“Lo que empezó como lo que el Gobierno planteó como turbulencia vemos hoy que es una desconfianza de Cambiemos. Le falta perspectiva de largo plazo”, cuestionó Kalos. Es que el modelo de Mauricio Macri no cuenta con un motor de la actividad genuino, ni con un generador de divisas adicional al endeudamiento externo, por lo que la sustentabilidad económica está en juego.
“La situación ya no se explica por los problemas de los mercados emergentes, donde no se ve una corrida similar a la argentina”, explicó Ezequiel Estrada, director de Ficonomics. El consultor notó un cambio en las carteras de los inversores, que se vuelcan hacia la dolarización.
“Esta situación nueva se da por las decisiones del Gobierno que perjudicaron a la plaza financiera, como el recorte de la tenencia de moneda extranjera por parte de los bancos y los cambios en el Gabinete”, observó. Juan José Aranguren tenía una postura más cercana a las compañías energéticas que Javier Iguacel, a las que había representado directamente hasta días antes de asumir en la función pública.
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