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Una forma que ha sido habitué en distintas dependencias públicas fue la de obligar a los empleados a formar largas filas en la calle, para que un agente de seguridad privada les diga si figuraban en una lista de despedidos o podían ingresar. Así lo hicieron, entre otros lugares, en AFSCA, el ministerio de Cultura (uno de los más brutales a la hora de hacer el ajuste), y Fabricaciones Militares.
Este jueves al menos 73 empleados de Cancillería fueron notificados que no seguirían. ¿Cómo ocurrió? Según pudo averiguar El Destape, los empleados recibían un e-mail, que las autoridades iban enviando por orden alfabético, en donde se les notificaba que seguían siendo parte del ministerio de Relaciones Exteriores. Si no les llegaba el e-mail, entonces debían aguardar que el tan temido telegrama de despido arribara a sus casas.
En el INADI la metodología fue exactamente inversa. En la noche del viernes 27 de febrero, unos 50 empleados recibieron en sus casillas de correo electrónico el aviso de que no se les iba a renovar sus contratos.
Este jueves, unos 20 empleados del ministerio de Economía se notificaron de su cesantía. Pero la forma de enterarse fue al momento de intentar pasar por los molinetes. Allí, las máquinas le daban luz verde para pasar o la roja, que les indicaba que ya no eran parte de la plantilla de personal. Así ocurrió en el ministerio de Justicia, en donde trabajadores dedicados a asistir a juicios de lesa humanidad vieron sus usuarios de las PCs bloqueadas. Recién ahí, cuando fueron a consultar al área de recursos humanos, les notificaron que eran desocupados.