La reunión de máximo nivel entre Ucrania y Rusia de este jueves, que había generado mucha expectativa en el mundo, finalmente terminó sin acuerdos ni principios de acuerdos, excepto la promesa de seguir hablando. En paralelo, una llamada telefónica entre los líderes de Rusia, Francia y Alemania concluyó de manera similar: Vladimir Putin, Emmanuel Macron y Olaf Scholz volverán a conversación por telefónica "en las próximas 48 horas".
Mientras tanto, en Ucrania, Ucrania y Rusia continúan cruzando acusaciones por ataques, presuntas noticias falsas y corredores humanitarios que no se cumplen.
Fuerzas de Rusia atacaron con artillería objetivos militares y civiles en la periferia de la capital Kiev y redoblaron su asedio a otras ciudades de Ucrania, principalmente Zhytomyr, una ciudad de 260.000 ubicada al oeste de la capital, y Mariupol, el corazón de los ataques de los últimos días en el sureste del país. Autoridades ucranianas no solo denunciaron los nuevos ataques, sino que además aseguraron que fueron golpeados otros dos hospitales, uno de ellos también pedriático, como el destruido ayer en Mariupol, según el alcalde de Zhytomyr, Serhii Sukhomlyn, en Facebook. El funcionario dijo que no hubo heridos.
El gobierno ruso, en tanto, acusó a sus pares ucranianos de haber mentido sobre el ataque contra un hospital pediátrico que además tenía una maternidad. Según repitió tanto el canciller Sergei Lavrov después de su reunión con su par ucraniano, Dmytro Kuleba, en Turquía, como voceros de diferentes ministerios en Moscú, sus fuerzas habían avisado hace varios días en la ONU que ese hospital había sido tomado por un batallón conocido por sus posiciones neonazis de las Fuerzas Armadas ucranianas y los pacientes y familiares ya habían trasladados. Sin embargo, fotos y videos de la prensa de agencias de noticias estadounidenses mostraron a mujeres embarazadas, otras con bebes y hasta niños pequeños saliendo del edificio después del ataque.
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Muertos y refugiados
Con el paso de los días -hoy ya se cumplen 15 del inicio de la invasión rusa-, cada vez se conocen más cifras del costo humanitario que está dejando la guerra. Por ejemplo, luego del ataque de ayer en el hospital pedriático, la comisionada de derechos humanos del Parlamento ucraniano denunció que al menos 71 niños murieron en el país en estas últimas dos semanas.
"Desde el inicio de la invasión rusa al 10 de marzo a las 11 incluido, 71 niños resultaron muertos y más de 100 heridos" indicó Liudmyla Denisova en un comunicado en Telegram y dio algunos ejemplos puntuales: En Malyn, en el Oeste, cinco personas murieron, tres de ellas niños, cuando siete casas fueron bombardeadas, contó.
No está claro, cuál es el saldo general de víctimas de la guerra. Ucrania denunció miles de civiles muertos, mientras que Rusia habló de cientos de militares de cada lado. Lo que sí, en cambio, se sabe es el número de personas que ya abandonaron el país, tanto para buscar refugio del lado occidental, en la Unión Europea y, en menor medida, en la vecina Moldavia; y del lado oriental, en Rusia.
La ONU estimó esta semana que los refugiados ya superaron los dos millones y Ucrania sumó otros 40.000 más en las últimas 24 horas, gracias a los pocos corredores humanitarios que sí funcionaron. Este jueves el alcalde de Kiev, la capital, Vitali Klitschko, aseguró que la mitad de la población de la ciudad ya se fue. "Según nuestros datos, uno de cada dos habitantes de Kiev dejó la ciudad. Hoy, se encuentran en ella algo menos de dos millones de personas", dijo en la televisión ucraniana y agregó: "Kiev se ha convertido en una fortaleza." Según el gobierno ucraniano y la prensa internacional, la ciudad está muy cerca de quedar bloqueada hace varios días y los ataques y combates ya sacuden a los suburbios.
En tanto, Rusia informó en estas dos semanas que más de 200.000 huyeron de las dos provincias que hace ocho años están en una guerra separatista en el este de Ucrania hacia su país. "Más de 213.000 personas, incluidos unos 50.000 niños, llegaron al territorio de Rusia a través de ocho puestos de control", afirmó el ministro de Emergencias en funciones, Alexandr Chupriyan en una reunión con Putin y miembros de su gobierno.
Preocupación mundial por el efecto económico de la guerra
Este jueves, el titular del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, una plataforma creada por la ONU para luchar contra el hambre, Gabriel Ferrero de Loma-Osorio, lanzó una fuerte advertencia. "No nos estaba yendo muy bien aún antes de la pandemia, el hambre estaba aumentando lentamente y luego golpeó la pandemia", aseguró cuando le preguntaron si estaba preocupado por el aumento generalizado de la energía y los alimentos en todo el planeta.
El mismo razonamiento recorrió Estados Unidos cuando este jueves se conoció que el Índice de Precios al Consumidor registró una tasa interanual del 7,9% en febrero, la mayor cifra en cuarenta años. Y esta cifra no incluyó el aumento acelerado de las commodities de energía y alimentos provocado por la guerra en Ucrania y profundizado en los últimos días por la lluvia de sanciones que el propio Washington y sus aliados impusieron a Moscú para asfixiar su economía.
Por eso, mientras algunos países como China, Turquía e Israel intentan sentar a Rusia y Ucrania en la mesa de negociación para poner fin a la guerra militar, los líderes de las potencias occidentales que siempre apostaron más por la diplomacia, principalmente Alemania y Francia, siguen presionando por su lado para frenar una escalada que nadie se anima a pronosticar dónde acabará.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, informó que este jueves él y el canciller alemán, Olaf Scholz, hablaron por teléfono con Putin y que lo volverán a hacer "en las próximas 48 horas". En la apertura de una cumbre con los jefes de Estado y gobierno de los países miembro de la Unión Europea en Versalles, contó que su objetivo es conseguir un alto el fuego en Ucrania y que se lo volverán a pedir a su par ruso en los próximos días.