La actividad industrial en La Rioja atraviesa uno de sus momentos más delicados de los últimos años, donde la mayoría de las plantas manufactureras de la provincia funcionan a menos de la mitad de su capacidad instalada, con fuerte impacto en la producción y el empleo debido a la crisis socioeconómica a nivel nacional.
En declaraciones a Radio Fénix, Juan Carlos Serrano, vicepresidente de Unión de Industrias Riojanas (UNIR), explicó que “prácticamente todo el parque industrial riojano” trabaja con el personal mínimo indispensable y turnos reducidos. Si bien las fábricas cuentan con equipamiento para operar las 24 horas, hoy solo se utilizan entre 7 y 10 horas diarias por la baja demanda.
A esta situación se suma una fuerte fragilidad operativa, ya que “si se enferman tres empleados, ya compromete el ciclo productivo”, según graficó el dirigente, al describir cómo la reducción de turnos y dotaciones vuelve más vulnerable la continuidad de las líneas de producción.
El sector del mobiliario, vinculado directamente al equipamiento escolar y de oficinas, refleja con claridad el recorte del gasto público. Serrano señaló que, debido a los ajustes presupuestarios nacionales, las compras de mobiliario por parte de las provincias se redujeron a lo estrictamente indispensable: “Hoy se compra solo lo necesario para mantener a los chicos sentados en la escuela”.
La problemática, sin embargo, no se limita a ese rubro. Según el titular de UNIR, otras actividades fabriles como calzado, papel, juguetes, textiles e incluso el sector vitivinícola exhiben caídas pronunciadas, con bodegas riojanas y de otras provincias evaluando cierres temporales ante la contracción del mercado.
En cuanto al abastecimiento de insumos, Serrano precisó que las empresas cuentan con materia prima, pero solo utilizan lo justo para sostener un nivel mínimo de producción. “La economía está muy apagada y muy ajustada”, definió.
Consultado sobre el discurso oficial de recuperación económica, cuestionó la brecha entre los indicadores que muestra el Gobierno nacional y la realidad cotidiana del sector privado. Comparó ese relato con “una promesa de sacrificio presente para un mañana que nunca llega” y advirtió que el principal problema hoy no es solo la caída de ventas, sino la ausencia de señales claras: “No hay ninguna herramienta que permita prever un cambio o una mejora. Hoy la situación es esta, y es muy desafiante para todos”, concluyó.
Avanzan los cierres de empresas por la apertura de importaciones
La crisis industrial en La Rioja se profundiza: tras el cierre de dos fábricas, otras siete empresas redujeron salarios y horas de trabajo para evitar despidos. Desde la Secretaría de Trabajo aseguraron que el escenario es “cada vez más complejo” y que en todos los casos las patronales justifican los recortes por una caída “sustancial” de las ventas.
En el Parque Industrial de la capital riojana ya son cuatro las firmas que ingresaron en procedimientos preventivos de crisis, mientras que en el interior la situación se replica en distintos departamentos. Según confirmó la secretaria de Trabajo, Miriam Espinosa, detalló que una empresa del rubro jojoba en Aimogasta (Arauco) también se sumó a este esquema, en tanto que en Chamical hay otra firma que avanzó en la reducción de jornadas y sueldos.
En Chilecito, la emblemática cooperativa La Riojana atraviesa un cuadro delicado. “Tenemos el compromiso de que no haya despidos, pero están subsistiendo con lo que exportan porque se les cayó la venta de vino de mesa”, explicó la secretaria. En todos estos casos, los acuerdos con los sindicatos se orientaron a recortar ingresos y horas de trabajo para intentar sostener los puestos, en un contexto de desplome del consumo interno.
El caso de Vulcalar, en Sanagasta, expone el límite de esas estrategias defensivas. La empresa había firmado un procedimiento preventivo de crisis con reducción de jornada y salarios hasta diciembre, pero finalmente decidió cerrar sus puertas al argumentar que las ventas eran “nulas”. Para el próximo martes, la Secretaría de Trabajo convocó a la firma para discutir el pago de indemnizaciones, mientras cientos de familias quedan atrapadas en el epicentro de la crisis industrial riojana.
