Un juez de Georgia, en Estados Unidos, detuvo temporalmente el martes una norma nueva que obliga a los trabajadores electorales a contar a mano las papeletas en las elecciones del 5 de noviembre. Esta decisión supone una derrota para Donald Trump, cuyos aliados republicanos impulsaron el cambio después de que perdiera este disputado estado en 2020.
La norma la aprobó el 20 de septiembre una mayoría conservadora pro-Trump de la junta electoral de Georgia, que dijo que estaba tratando de hacer las elecciones del 5 de noviembre más seguras y transparentes.
Los demócratas habían dicho que el cambio sembraría el caos y retrasaría los resultados.
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Georgia, donde la votación anticipada comenzó el martes batiendo récords, es uno de los siete estados que probablemente determinarán el resultado de la contienda presidencial entre Trump y su oponente demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris. En 2020, Trump afirmó infundadamente que había habido un fraude electoral generalizado en el estado.
El juez Robert McBurney dijo en su decisión del martes que era apropiado pausar la norma de recuento de votos porque introducía una nueva incertidumbre en el proceso a pocas semanas de la cita electoral.
"Cualquier cosa que añada incertidumbre y desorden al proceso electoral perjudica a la población", según una copia de la decisión publicada por Democracy Docket, un sitio web fundado por el abogado demócrata Marc Elias que hace un seguimiento de los casos electorales.
"El caos administrativo que producirá —no que puede producir— es totalmente incompatible con la obligación de nuestras juntas electorales (y de la Junta Electoral del estado) de garantizar que nuestras elecciones sean justas, legales y ordenadas", escribió el juez.
Los representantes contactados de la Junta Electoral del estado de Georgia y del Comité Nacional Republicano no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios formuladas el martes.
El juez no dijo que la norma fuera ilegal, sino que era apropiado suspenderla a la espera de una nueva revisión. Un tribunal de apelación podría revocar la decisión.
La decisión aún no aparecía en la página web del tribunal el martes por la noche.
Los demócratas celebraron la decisión de McBurney y la consideraron una victoria para los votantes.
"Desde el principio, esta norma era un esfuerzo por retrasar los resultados electorales para sembrar la duda en el resultado, y nuestra democracia ahora es más fuerte gracias a la decisión de paralizarla", dijeron representantes del partido en un comunicado proporcionado por el equipo de campaña de Harris.
"LA POSIBILIDAD DE QUE HUBIERA ERRORES"
La demanda fue presentada el 2 de octubre por la Junta Electoral y de Registro del condado de Cobb y a ella se unió el Comité Nacional Demócrata, que intervino en el caso.
También el martes, McBurney dictaminó en un caso separado que los responsables electorales locales de Georgia están obligados a certificar los resultados y rechazó el argumento de que los condados podrían negarse a hacerlo si tenían dudas sobre el proceso de votación.
La norma del recuento manual exigiría que tres trabajadores electorales en cada uno de los más de 6.500 distritos electorales del estado abrieran las cajas selladas de papeletas escaneadas por las máquinas y realizaran un recuento manual la propia noche electoral.
Los grupos de defensa del derecho al voto habían afirmado que la norma podría permitir a miembros deshonestos de las juntas electorales de los condados retrasar o denegar la certificación de los resultados de las elecciones, lo que sembraría el caos en la votación del estado, mientras que la oficina del fiscal general del estado advirtió que la junta probablemente se estaba excediendo en su autoridad reglamentaria.
La votación de la junta, de 3 frente a 2, la impulsaron tres aliados de Trump.
El secretario de Estado, Brad Raffensperger, máximo responsable electoral del estado, dijo antes de la reunión del 20 de septiembre, durante la cual se aprobó la norma, que esta introduciría "la posibilidad de que hubiera errores, pérdidas o robos de papeletas y fraude".
Janelle King, miembro republicana de la junta electoral, dijo durante la reunión que el recuento manual era necesario para garantizar la exactitud, incluso si eso significaba que los resultados se retrasasen.
"Lo que no quiero es sentar un precedente de que aceptamos la rapidez antes que la precisión", dijo King.
Hay un litigio pendiente sobre otros cambios de la junta, incluidas las normas que facultan a los responsables locales para investigar las discrepancias en los totales de votos y llevar a cabo "investigaciones razonables" sobre las irregularidades antes de certificar los resultados.
Trump se enfrenta a cargos penales que le acusan de presionar a autoridades de Georgia para revertir su derrota en las elecciones de 2020, aunque él niega haber obrado mal y se declara inocente.
Con información de Reuters