Se consolida inflación en alza y se desvanece la promesa de Milei alcanzar el 0% este año

Tras conocerse la aceleración inflacionaria de noviembre, las cifras anticipadas del último mes del año por consultoras revelan que se mantendrá la tensión de precios.

12 de diciembre, 2025 | 16.10

Tras conocerse la aceleración inflacionaria de noviembre, las cifras anticipadas del último mes del año por consultoras revelan que se mantendrá la tensión de precios y que todavía se está lejos de romper el piso de 1 por ciento y, mucho más, de alcanzar en el corto plazo la promesa del presidente Javier Milei -había dicho que este año- el "cero por ciento" de inflación. Después del piso alcanzado en mayo último (1,5 por ciento mensual), la inflación general se aceleró todos los meses. La dinámica inflacionaria de los últimos meses confirma un patrón que los analistas venían anticipando: la desaceleración se agotó. "En la segunda semana de diciembre los Alimentos y Bebidas presentaron una inflación del 0,5 por ciento semanal. En las últimas cuatro semanas la inflación promedio se ubicó en 3,5 por ciento", según el informe de la consultora lcg.

Desde entonces, la inflación no solo dejó de bajar, sino que retomó una pendiente ascendente que evidencia límites estructurales más complejos que los diagnosticados por el Gobierno al inicio de la gestión. La inflación núcleo, un termómetro más fiel del proceso ya que excluye regulados y estacionales, también encontró su piso en julio y volvió a rondar el 2 por ciento mensual, lo que evidencia que la inercia continúa incluso en un contexto de actividad estancada.

En noviembre hubo una aceleración en los precios respecto de octubre. De esta manera, acumuló casi 28 por ciento en diez meses y una inflación interanual del 31,4 por ciento. La núcleo trepó a 2,6 por ciento y los regulados a 2,9 por ciento, afectados por actualizaciones en tarifas de electricidad y gas. Las cifras de los últimos meses revela que, más allá de la estabilidad cambiaria y la recesión, la inflación no cede a los niveles que prometía Milei. 

El mandatario anarco capitalista aseguraba que a esta altura del año el índice (sobre la base de lo que arrojaba hasta mayo el IPC núcleo) ya estaría rozando el 0 por ciento. Esa promesa, como tantas otras que dejó el discurso libertario, no se cumplirá, sino que se presenta cada vez más difícil de alcanzar.

Diciembre reloaded 

En la segunda semana de diciembre, alimentos y bebidas registró un incremento del 0,5 por ciento semanal, acumulando 1,2 por ciento en lo que va del mes. Pero el dato clave es el componente detrás de esa suba: las carnes explicaron 0,7 puntos porcentuales, y sin esa categoría el resto del rubro habría mostrado una caída de 0,2 por ciento. En el desglose semanal, panificados y pastas crecieron 2,3 por ciento; carnes, 2,1 por ciento; condimentos, 1,1 por ciento y frutas, 0,8 por ciento. Aun así, más del 80 por ciento de los productos no mostraron variación de precios, lo que sugiere un mercado que no está en pleno descontrol, pero sí en una meseta incómoda, según la consultora lcg.

La inflación de las últimas cuatro semanas se ubicó en 3,5 por ciento mensual, un leve retroceso respecto de la semana anterior, pero todavía muy lejos del “desinfle total” -como lo promocionó Milei- que ambicionaba el Gobierno. La inflación punta a punta también disminuyó a 2,7 por ciento desde el pico de 4 por ciento, aunque el peso específico de los aumentos en carnes sigue siendo determinante: el 60 por ciento de la inflación mensual provino de ese rubro. Bebidas y panificados, con aumentos por encima del promedio, aportaron otro 23 por ciento.

La evolución regional marca diferencias significativas. Cuyo lideró, con 2,8 por ciento mensual, mientras que NOA y Patagonia registraron 2,3 por ciento. En esta última región se dio la única desaceleración respecto de octubre. El resto del país, sin embargo, no acompañó la tendencia a la baja. 

Por su parte, la consultora Analytica anticipó que "durante la segunda semana de diciembre registramos una variación semanal de 1,2 por ciento en los precios de alimentos y bebidas de Gran Buenos Aires". "De esta forma, el promedio de cuatro semanas es de 2,8 por ciento", detalla la consultora. "Para el nivel general de precios proyectamos una suba mensual del 2,5 por ciento durante diciembre", agrega. 

Frente a estos números, no sorprende que los analistas adviertan que la inflación no encontrará un rumbo claro hacia el 1 por ciento mensual en el corto plazo. Aun cuando se mantengan estables las expectativas de depreciación dentro del esquema de bandas cambiarias y la actividad continúe debilitada -dos factores que efectivamente reducen presiones- la inercia inflacionaria sigue pesando más que cualquier ancla.

La inercia se explica por varios factores que le imprimen un piso a la inflación. Por un lado, se mantiene la indexación implícita que subsiste en la economía argentina: salarios, alquileres, contratos privados y márgenes empresariales aún se ajustan mirando el pasado. A esto se suma la corrección de regulados que, según el proyecto de Presupuesto presentado, continuará el año próximo: se descongelarán tarifas que se frenaron en los meses previos a las elecciones y se aplicará una nueva cuota del desarme de subsidios previsto en la ley de leyes.

Si bien el tipo de cambio intervenido -y con ayuda del Tesoro estadounidense- redujo su volatilidad, los pequeños movimientos de la divisas se trasladan más rápido en el actual contexto de atraso cambiario que en otros períodos en que la monada doméstica era más competitiva. Si a eso se suma un eventual repunte de la actividad, podrían reaparecer tensiones distributivas que la recesión mantuvo adormecidas. "Aun cuando la actividad es poco pujante, la inercia sigue siendo relevante y un mayor dinamismo podría alentar pujas distributivas  ausentes hasta el momento (salarios, recomposición de márgenes)", señala la consultora.

De esta manera, la meta presidencial de alcanzar una inflación mensual nula se ve desalineada de la realidad. Los analistas prevén un piso del 1 por ciento difícil de perforar, al menos, en la primera mitad del año. Incluso con una macro más ordenada y sin saltos bruscos, la estructura argentina se mueve en umbrales más rígidos, donde perforar el 2 por ciento ya supone un esfuerzo significativo, que en el vocablo libertario se traduce en mayor ajuste. Pero, la paradoja es que llegar a 0 por ciento implicaría desactivar simultáneamente inercia, ajustes pendientes y heterogeneidades sectoriales, algo que, por ahora, no aparece en el ideario mileista.

Según las proyecciones privadas, los próximos meses seguirán mostrando registros en torno al 2 por ciento mensual. Para 2026 se espera un cierre con inflación del 20 por ciento interanual a diciembre (25,5 por ciento anual promedio). Es un avance considerable respecto al pasado reciente, pero sigue lejos del ideal anunciado por el Gobierno: un país sin inflación.