Las medidas de emergencia que dispuso el Tesoro de los Estados Unidos podrían extenderse por menos tiempo de lo esperado y, de no haber acuerdo entre demócratas y republicanos para extender o suspender el límite de deuda que posee el Gobierno, el país caerá en cesación de pagos.
En Estados Unidos, por la Constitución, todo tipo de toma de deuda tiene que ser autorizado por el Congreso, y desde 1917, y por la premura de los gastos de la Primera Guerra Mundial, el parlamento por ley modificó el método estableciendo un techo en la cantidad de deuda que el país puede tomar.
Estados Unidos periódicamente llega a dicho límite lo hizo 78 veces desde 1960-, lo cual suele requerir un acuerdo bipartidario (demócratas y republicanos) para poder aumentarlo o suspenderlo temporalmente. De lo contrario, caería en cesación de pagos, una situación a la cual nunca llegó en su historia.
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El actual límite de deuda, incrementado por última vez en 2021, es de US$ 31,4 billones y el mismo ya fue alcanzado el pasado 19 de agosto.
En ese momento, el Tesoro comenzó una serie de medidas de emergencia para darle más tiempo al Congreso, que incluyen la utilización de los recursos invertidos de dos fondos de retiro gubernamentales para pagar las obligaciones.
Sin embargo, estas medidas sólo pueden prolongarse por un corto tiempo y tanto demócratas como republicanos no mostraron avances hasta el momento para un acuerdo.
Los republicanos solamente accederían a aprobar un incremento en el límite de deuda a cambio de recortes futuros en el gasto público, un compromiso que la administración de Joe Biden rechaza.
Biden en su mensaje del Estado de la Unión del pasado martes, cuestionó a los republicanos por tomar como rehén a la economía a través del límite de deuda y, en el proceso, buscar recortes en la seguridad social o en el programa de cobertura médica Medicare.
Sin embargo, los tiempos se acortan y las medidas de emergencia del Tesoro podrían extenderse por menos de lo esperado dado que el déficit en el presupuesto federal está aumentando rápidamente, según las últimas estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso que difundió la agencia Bloomberg.
En los primeros cuatro meses del año fiscal que comenzó el 1 de octubre pasado- el déficit totalizó US$ 459.000 millones, US$ 200.000 millones más que en el mismo periodo de un año atrás, e incluso podría haber sido de US$ 522.000 millones si no hubiera habido cambios de fecha en algunos pagos.
Según la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, las medidas de emergencia para evitar el default pueden prolongarse hasta principios de junio próximo, pero la aceleración del gasto podría reducir este margen de tiempo.
Uno de los motivos de la menor recaudación son los menores ingresos de los impuestos sobre las ganancias de capital, dado el debilitamiento respecto a 2021 y 2022 que están sufriendo los mercados bursátiles, la reducción en transferencias de la Reserva Federal, menores ingresos impositivos de los tributos corporativos, y, en el sentido contrario, más gastos en seguridad social.
De hecho, la semana pasada, el Tesoro tuvo que incrementar su estimaciones de financiamiento para el actual trimestre.
Una caída en default implicaría una recesión casi asegurada para una economía que, pese a la desaceleración de los últimos meses, mantiene un mercado laboral sólido.
En enero pasado el país incorporó 517.000 puestos de trabajo, mientras que la tasa de desempleo bajó una décima a 3,4%, un mínimo en 53 años, según datos publicados la semana pasada por la Oficina de Estadísticas (BLS) del Departamento del Trabajo.
De acuerdo con la misma área, en la semana que finalizó el 4 de febrero, cerca de 196.000 personas solicitaron nuevas prestaciones por desempleo tras haber sido despedidas, lo que significó una suba de 13.000 pedidos respecto de la semana precedente, el primer alza en seis semanas.
Con información de Télam