La temporada de vacaciones de verano se acerca y los protocolos para prevenir el coronavirus ya están preparados para que la recepción de los turistas sea lo menos peligrosa posible. Una de las medidas incluye la prohibición de utilizar aires acondicionados en alojamientos.
Para evitar aglomeraciones de personas y evitar que se favorezca la propagación del COVID-19, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, adelantó que en su provincia no estarán habilitados los teatros, los casinos y bingos, ni los campings. Además se mencionó que también estarán prohibidos los aires acondicionados en los alojamientos, al considerarlos contraproducentes para la seguridad sanitaria, una información que fue ratificada por un comunicado del Ministerio de Producción bonaerense.
¿Por qué prohíben los aires acondicionados?
La transmisión del coronavirus por el aire fue uno de los termas en torno a la pandemia que más polémicas y contradicciones provocó. De hecho, la propia Organización Mundial de la Salud cambió sus afirmaciones al respecto.
En un primer momento, la OMS había señalado que el virus se transmitía por el contacto con gotas de saliva, pero que no quedaba suspendido en el aire y no era posible contagiarse al salir a la calle si no se entraba en contacto con la tos, el estornudo o la respiración cercana de una persona infectada. No obstante, resultados de un estudio realizado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades Infecciones (CDC) realizado en China mostró que el aire acondicionado podía ser un factor para distribuir la enfermedad.
La prueba se realizó en un restaurante donde 91 personas siguieron la rutina habitual de un almuerzo en un local sin ventanas, pero con aire acondicionado. De los 83 clientes 10 se enfermaron, pero ninguno de los 8 empleados se contagió. Pese a todo, las muestras tomadas de los filtros del acondicionador dieron negativas, pero los especialistas apuntaron que los aerosoles tendería a seguir los flujos de aire y que las concentraciones bajas a gran distancia no era suficientes para infectar otros sectores del salón de comidas.
El estudio determinó que la transmisión de gotitas fue provocada por la ventilación del aire. Los autores, entonces, recomendaron monitorear la temperatura, aumentar la distancia entre las mesas y mejorar las ventilaciones.
Por otra parte, un reclamo de 239 científicos de distintos países instó a la OMS a “reconocer la posible transmisión aérea del COVID-19”, en un artículo publicado por la revista Clinical Infectious Diseases de Oxford. El organismo lo incluyó pero de forma muy abierta, señalando que las pruebas son indirectas.
Hoy por hoy, la OMS señala que la ventilación en escuelas, lugares de trabajo o alojamientos turísticos sea de aire puro y limpio y aconseja “que se aumente la tasa de ventilación por medios naturales o mecánicos, preferiblemente sin reciclar el aire”. En caso de no poder contar con esta solución, se pide una constante limpieza de los filtros de aire, sobre todo en lugares con mayor exposición al COVID-19, como comercios o alojamientos turísticos.