La palta ha conquistado la mesa de los argentinos desde hace varios años. Aunque su presencia parezca un fenómeno repentino, detrás de este éxito se encuentra un proceso sutil que impulsó cambios culturales en salud y nutrición.
Hoy en día, la palta es un auténtico boom de ventas en las calles de Buenos Aires y está presente en todas las verdulerías del país. No obstante, la historia es más compleja y extensa que el pensar "sólo fue una moda". A continuación, te contamos la sorprendente historia de este cambio en la costumbre alimenticia de los argentinos.
¿Cómo llegó la palta a nuestra mesa?
La evolución del negocio ha sido gradual y constante. Hace tres décadas, Horacio Frías, dueño de Guayal S.A., la principal empresa productora y exportadora de paltas en Argentina, tomó una decisión arriesgada al dejar su trabajo en la comercialización de azúcar, alcohol y melaza para aventurarse en el cultivo de la palta.
Según se sabe, el punto de inflexión se dio en 1987, durante el primer Congreso Mundial de Palta en Sudáfrica, donde Frías conoció a Joe Barbas, un ingeniero que se convirtió en el impulsor del cultivo de palta en Argentina.
La cosecha en Argentina
Iniciar la producción de palta en el país no fue tarea sencilla, ya que en ese momento no existía un mercado interno consolidado. Frías se dedicó personalmente a crearlo, acudiendo tres veces por semana al Mercado Central y trabajando arduamente con los supermercados.
Importaban paltas de Chile durante el verano y de México cuando el producto chileno estaba costoso. Sin embargo, la demanda fue creciendo progresivamente, y hoy en día se consumen aproximadamente 20,000 toneladas de palta al año en Argentina.
Guayal introdujo la palta Hass en el país, que se ha convertido en la especie dominante en el mundo, representando el 95% de la comercialización global de paltas. En este sentido, Estados Unidos ha sido un importante motor de crecimiento, pasando de producir y consumir 200,000 toneladas a 1.7 millones de toneladas, gracias a las importaciones desde México.
Costos de la producción
El transporte es uno de los desafíos en la industria de la palta en Argentina, ya que los productores dependen en gran medida de los camiones para distribuir la producción, debido a la falta de infraestructura ferroviaria en la región. Los altos costos logísticos también representan un reto, y Frías destaca que uno de los principales gastos de su empresa es la vigilancia, ya que el robo es una preocupación constante en el cultivo de paltas.
El mercado de la palta en Argentina está dividido entre el consumo interno y la exportación, siendo Chile y algunos destinos europeos los principales compradores externos. Sin embargo, las complejidades burocráticas dificultan las exportaciones, lo que lleva a Guayal a mantener su presencia en el mercado internacional aunque implique pérdidas en ocasiones.
Perspectiva al futuro
A pesar de los desafíos y de las fluctuaciones económicas y políticas, el negocio de la palta se ha estabilizado en Argentina, y los productores han ganado en estabilidad y rentabilidad. El conocimiento técnico y la selección adecuada de las zonas de cultivo son fundamentales para asegurar el éxito de la producción de palta.
La historia de éxito de la palta en Argentina es el resultado de un arduo trabajo, adaptación a las condiciones del mercado y una apuesta por la calidad y el conocimiento técnico. Desde sus inicios, el crecimiento del negocio ha sido constante, y hoy la palta se ha convertido en un ingrediente cada vez más popular en la mesa de los argentinos, dejando ver que detrás de su cáscara de tono violáceo hay un verdadero tesoro verde.