En plena cuarentena por el coronavirus, el Mar Argentino se llenó de barcos pesqueros ilegales que fueron detectados por las autoridades del gobierno y detenidos por flotas de la Prefectura Naval.
"Los buques ilegales que ocuparon estas aguas venían tras la pesca de calamar. Se estima que estas embarcaciones pueden llegan a capturar 50 toneladas por noche y algunos barcos pueden llegar a medir hasta 70 metros de eslora", indicó la organización ambientalista Greenpeace.
De acuerdo a la entidad, más de un centenar de buques ilegales provenientes de países asiáticos ingresaron a la Zona Económica Exclusiva (ZEE) argentina.
Greenpeace alertó sobre las "técnicas devastadoras" que utilizan esas embarcaciones sobre los ecosistemas marinos además de subrayar la ilegalidad y el problema económicos que aparejan. "La solución no llegará aumentando la supervisión de las aguas argentinas si las vastas extensiones de alta mar no están protegidas. Necesitamos un Tratado Global de los Océanos para proteger las aguas internacionales, los ecosistemas y la vida marina", alertó la organización ambientalista.
En tanto, Prefectura Naval Argentina capturó a un buque de bandera portuguesa que pescaba de forma ilegal en aguas argentinas. Se trata del arrastrero Calvao, que pescaba a 199 millas náuticas de la ciudad de San Antonio Oeste.
Se trata de un buque dedicado a la pesca de arrastre con red y fue detectado en plena tarea de pesca dentro de aguas bajo jurisdicción nacional. Al ser identificado por parte del Buque Guardacostas de la Prefectura GC-27 Prefecto Fique, el buque infractor varió su rumbo hacia aguas internacionales, sin cesar sus tareas de pesca, iniciándose su persecución, acorde lineamientos establecidos en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.