Parece que ocurrió hace mucho tiempo, pero fueron tan solo unos meses. Cuando Juntos por el Cambio perdió las elecciones en octubre de 2019, dijeron que iban a convertirse en una oposición responsable, de esa que no pone “palos en la rueda”. Sin embargo, puede fallar, como dijo Tusam, y falló. No sólo fueron irresponsables y pusieron esos palos en esa rueda, sino que también fogonearon y difundieron muchas de las fake news que circulan en los medios de comunicación y redes sociales, noticias e informaciones que sirvieron para infundir terror en una sociedad que, ya de por sí, padece bastantes incertidumbres y miedos producto de la pandemia del coronavirus.
En un informe especial, El Destape compiló algunos de los exabruptos más groseros de la oposición irresponsable. En una especie de premios a la barbaridad más grande durante la pandemia, entre los nominados están Julio Carballo, el exconcejal radical de Capilla del Monte, en Córdoba, que quiso encontrarle el “lado positivo” al coronavirus al desear una especie de “limpieza étnica” que termine con la muerte de “los negros peronsitas”. Pero también jugó su rol Miguel Ángel Pichetto, quien supo representar al Partido Justicialista en el Senado para transformarse en el candidato a vice de Mauricio Macri. Con poco sentido de la solidaridad, invitó a las personas a romper la cuarentena.
También nos encontramos con la posición demagógica de la oposición, pidiendo la rebaja de “los políticos”. Algo que, como explicó Alberto Fernández, no se puede hacer porque los funcionarios trabajan a sol y a sombra para contener la pandemia y porque, sobre todo, no es la solución al problema. Cuando se buscó encontrarle una, como el aporte extraordinario de parte de los grandes ricos del país, los contrarios al Gobierno salieron a denostarlo en los medios hegemónicos y redes sociales. Incluso se llegó a plantear que el Gobierno usó al coronavirus como excusa para cerrar la economía y comprar a precio vil, o incluso expropiar, empresas. Un guión de Hollywood mal hecho.
Otra de las grandes mentiras fue “el Congreso cerrado”. Durante la pandemia, los ministros y funcionarios visitaron las comisiones de ese “Congreso cerrado”, de forma virtual, para exponer los informes de gestión. Una acusación que llegó desde los medios pero incluso, más grave aún, desde propios legisladores opositores que, claramente, fueron desmentidos de forma inmediata. Ahora, el Congreso se prepara para sesionar de forma remota, por primera vez en su historia.
Finalmente, tal vez una de las más grandes mentiras de todas: la supuesta “liberación de presos por parte del Gobierno”. Algo que fue desmentido en innumerables ocasiones pero el poder de los medios hegemónicos es muy fuerte. No sólo el Poder Ejecutivo no toma esas decisiones - lo hace el Judicial -, sino que no se trata de libertades sino prisiones domiciliarias ante el hacinamiento carcelario, uno de los focos de infección que enfrenta la gestión de Alberto Fernández y el mundo entero. Sin pasar por alto, claro, que fue una recomendación de todos los organismos internacionales.