Una sombra donde canta Luciana Jury

27 de julio, 2015 | 16.53

Un (re)descubrimiento: el raro instante en el que uno se da cuenta de que la artista a la que se ha seguido durante algún tiempo ya no es una joven promesa; está madura y lograda.

Esa es la sensación que puede producir la participación de la cantora Luciana Jury en "Tengo un pueblo en mi voz", el homenaje cantado que un grupo de mujeres le rindió a Mercedes Sosa en el Centro Cultural Kirchner, el 9 de julio pasado. Luciana cantó "Los hermanos" de Atahualpa Yupanqui junto a Liliana Herrero, algo así como una especie de tía del canto. En las dos últimas canciones del recital la cámara hace un travelling de cantoras: aparecen Ramona Galarza, Julia Zenko, Lidia Borda, Fabiana Cantilo... Hay que ver cómo la cámara hipnotizada, se detiene en la Jury, la última de la fila, reconcentradamente y juguetonamente (hasta donde esto es posible). Y con una sonrisa en la cara.

Algo sobre la familia Jury: Luciana es hija de Zuhair Jury, director de cine y escritor (es el autor de los cuentos que dieron origen a "El dependiente" y "Aniceto", que fueron hechos película por su hermano Leonardo Favio). Con el clan familiar ella comparte la falta de miedo al sentimiento y el gusto por el desborde; un desborde a lo Favio, un gusto por lo desmedido que nunca rompe el molde que contiene. Su primer CD solista se llama "En desmesura" y una época de cantantes indies lánguidas y tristonas, el canto de Luciana, es una inundación de sentimiento, una sacuida de placer. Hay también un gusto por lo popular "bajo" que se detecta en la inclusión de "Yo no sé qué me han hecho tus ojos" de Canaro a "Quisiera amarte menos" (Francisco Canaro y Luis César Amadori), éxitos barriales y masivos en su tiempo, en su repertorio.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

La desmesurada Jury se cruzó con el suave pero filoso Gabo Ferro. De esa reunión aventurada nació "El veneno de los milagros", el penúltimo disco. Se cruzan muy bien la voz fina y alto (a lo Miguel Abuelo) de Gabo con la voz tormentosa de Luciana; una especie de ying yang palpitante en el que no se sabe bien dónde empieza una y dónde termina la otra. Su nuevo CD se llama "La madrugada" y trae canciones de Simón Díaz, Violeta Parra, Javier Solís y, sí, también Gabo Ferro.

A esta altura del camino, la música de Luciana Jury se encuentra en una zona franca en la que conviven el folklore latinoamericano y argentino, el barrio porteño, la poesía moderna y la introspección indie, al igual que lo fue alguna vez el repertorio de Mercedes Sosa. "Puedo abordar cualquier canción que me conmueva. Ese es mi palo. Y un artista no necesariamente hace un camino en una búsqueda. Al revés: lo cantado es justamente todo lo aprendido, lo vivido y explotado en discos, en canciones, en composiciones o en reversiones. Una está cantando su misma historia" declaró hace unas semanas en el programa radiofónico Agite Cultural, cuando le preguntaron por su búsqueda. "Como no me propongo nada, me propongo simplemente vivir. Si hay alguna búsqueda es descular la verdad escondida en el alma de una a través de una sonoridad".

No es un itinerario; es un camino que se está haciendo al andar.