Dueños de estaciones de servicio advirtieron hoy que el consumo de naftas y gasoil bajó 28% en promedio durante los cinco días siguientes a la última suba del 10% que empezó a regir el primero de mayo.
"Los aumentos anteriores ya generaron un retroceso de ventas de corto plazo, pero luego, con el transcurso del mes se fue normalizando", alertó el presidente de la Cámara de Empresas de Combustibles (Cecha), Carlos Gold.
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El directivo consideró que "este aumento va a impactar más fuerte que los anteriores", ya que en lo que va del año tuvieron un ajuste del 31%. No obstante, Gold prefirió ser "cauto" porque la caída en las ventas no significa "una tendencia definitiva".
"Hay que tener en cuenta la incidencia de los consumidores que cargaron antes de la suba y no necesitaron hacerlo entre el 1 y el 5 de mayo porque tenían el tanque lleno", consideró el dirigente, en declaraciones a ambitoweb.com.
Según lo autorizado por el Gobierno, los combustibles tuvieron en lo que va del año cuatro ajustes: 10% en promedio del domingo pasado se sumó a las ordenadas en enero (6%), marzo (6%) y abril (6%), acumulando un incremento del 31%.
Después del último aumento, que generó críticas de usuarios en redes sociales y en los surtidores, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, admitió que podría haber un nuevo incremento, si se vuelve a depreciar el peso o sube el valor del petróleo en el mundo.
El funcionario sostuvo que "el precio de los combustibles depende mucho de cuál es el valor del petróleo", aunque reconoció que no puede "estar pronosticando qué va a ocurrir con algo que tiene variaciones que no dependen de lo que ocurre en la Argentina".
Incluso, Aranguren llegó a pronosticar que "si el consumidor considera que este nivel de precios es alto con relación a otros precios de su economía, dejará de consumir".