La verdad sobre Clarín y su evolución entre Alfonsín y los Kirchner

24 de julio, 2015 | 19.44
Embed


Martín Sivak, autor del libro

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

Clarín: la era Magnetto, habló con los protagonistas políticos y empresarios de las últimas décadas de Argentina - incluído el propio CEO del Grupo - para dejar al descubierto los mitos y verdades de la relación de la empresa con los gobiernos.

"Uno de los grandes clichés sobre Clarín es que el diario siempre es oficialista al principio y después se hace opositor", planteó Sivak. Por ejemplo, al día 30 de asumido Alfonsín, el diario publicó un editorial muy duro contra el plan económico del presidente radical y mantuvo la visión opositora durante toda la presidencia. Además, fue muy poco enfático en la defensa del régimen constitucional durante el levantamiento carapintada a comparación de La Nación y La Prensa.

"Fue una relación de mucha tensión y mucha crítica"
, explicó, lo que se veía al interior del gobierno, que se dividió en dos líneas: la dura, que proponía más agresividad contra el Grupo, y las blandas, que buscaban conciliación. La idea del presidente es que el diario era un medio claramente opositor, opinión que estaba basada en tapas como la del anuncio de la muerte del empresario Enrique Pescarmona, que estaba vivo.

"La política de Alfonsín se sintetiza en una oración: prefiero cortarme un testículo antes que entregarles Canal 13. Lo que hace es no modificar la ley de radiodifusión, pero permite la situación de ilegalidad de la entrada de Clarín a Radio Mitre", apuntó el autor de la investigación.

Ya en los noventa, el diario entró en un profundo cambio de contenidos y diseño, que se repensó y modernizó hasta en los detalles de la escritura. El Clarín de la bohemia se apagó y dio lugar al que amplió su masa de lectores y ganó prestigio, no solo en el mundo periodístico sino en el de la política y la economía. El festejo de los 50 años en 1995, que tuvo lugar en la planta del diario en Barracas, contó con la presencia de todas las personas que eran importantes en el país en ese momento.

"No solamente era por el poder concreto, por el miedo que podía generar, sino por el prestigio. En todas las encuestas Clarín estaba visto como el mejor diario y el 13 como el mejor canal", destacó Sivak. En este contexto aplicó la doctrina del "que otros empiecen los casos de corrupción y después acompañamos", por eso es notorio que desde el 91 en adelante las grandes investigaciones empezaron por otro lado, principalmente Página 12.

"El quiebre se dio en 1995 con la causa armas, que es un tema propio y muy relevante. Yo no creo en la coas conspirativa de la orden de Magnetto a la redacción, sino que como muchas veces existía la pulsión de publicar, una pulsión que a veces la empresa frena", explicó el periodista.

El CEO tuvo un gran conflicto antes del que se desató con el kirchnerismo: en 2002 Clarín estaba endeudado en dólares, y por eso asume la defensa de la convertibilidad, porque una devaluación ponía en riesgo al Grupo. "Existía una ley de quiebras que permitía a los acreedores tomar el control de la empresa. Por eso lo primero que hacen es ir hacia una modificación esa ley gracias a un lobby fenomenal y consigue la eliminación de un artículo y luego la ley de bienes culturales, que se vota con gran consenso. Ese salvataje no es uno del gobierno de Duhalde, sino de todo el sistema político", apuntó Sivak.

El gobierno de Néstor Kirchner comenzó con su idea de que necesitaba a Clarín como un pilar en el que sostenerse junto a la CGT y los organismos de derechos humanos. "Se enojaba por los epígrafes, pedía que ciertos periodistas lo acompañaran en sus viajes y no otros, una cuestión casi obsesiva. En el libro cuento que al año de asumir, Kirchner convoca al entonces ministro de Economía Roberto Lavagna, y le da 365 tapas de Clarín y le pide que las clasifique entre positivas y negativas", contó Sivak.

Fue una relación de mucha intensidad que mostró acompañamiento entre 2003 y 2007, lo que le generó al Grupo grandes beneficios. Por ejemplo, Néstor Kirchner firmó la fusión del cable horas antes de dejar el Ejecutivo y abrió un hito en la historia del diario que hoy implica el 80% de sus ingresos. "La interpretación de por qué hizo eso es que Kirchner entendía que el gesto iba a asegurar que el Grupo acompañe también la presidencia de Cristina, pero a tres meses se desató el conflicto del campo y la relación se comenzó a romper", recordó Sivak.