El colegio 17, ubicado en el barrio porteño de Caballito, tiene 630 alumnos pero sólo hay 470 mesas y 505 sillas para que puedan usar. Además, el relevamiento hecho por el Centro de Estudiantes de esa institución detalló que hay 138 bancos de madera que datan de 1950 y 1960, es decir, que el 22 por ciento del mobiliario tiene más de cinco décadas de antigüedad. Por ese motivo, mañana los estudiantes se movilizarán al edificio de la cartera educativa porteña.
"En estos bancos estudiaron nuestros papás. Hoy son asientos que están viejos, rotos, tienen clavos salidos o les falta el respaldo", contó a Página/12 Lucía Murase, presidenta del centro de estudiantes. "Ya entregamos cartas al Ministerio y supimos que abrieron un expediente, pero la realidad es que nunca avanzó. También juntamos firmas y hace un mes le entregamos un petitorio al vicejefe de gobierno, Diego Santilli, pero todavía no nos dieron respuestas", agregó.
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Además, en la nota se refleja también la problemática de los profesores para enseñar. Según la profesora de historia Débora Najnsztejn, "dar clases en una escuela que tiene más alumnos que sillas es un problema, porque los chicos pierden mucho tiempo pasando por las aulas para encontrar una silla libre".
Ventanas tapiadas con plástico, paredes en mal estado e instalaciones eléctricas con cables pelados son otras de las deficiencias edilicias del edificio ubicado en la avenida Rivadavia al 5100, donde también funcionan otras dos escuelas: la Escuela de Comercio Nº 23, en el turno tarde, y la Escuela de Comercio N° 29, por la noche.